El micromentario de Pepe Belmonte: 'Denver nació en el Carmen'

Murcia

El Barrio del Carmen, es decir, el Barrio por antonomasia, el barrio más castizo de Murcia, al estilo de Chamberí en Madrid, siempre ha dado mucho de sí históricamente, sin que hayamos sabido reconocérselo del todo.

En estos últimos años se ha convertido, para su desgracia, en motivo de polémica -que si peatonal, que si abierto al tráfico- por la escasa sensibilidad y la excesiva ambición de nuestros gobernantes municipales, que miran por su partido, mucho más que por el bienestar de la gente.

En ese barrio, precisamente, nació, en 1991, un actor, cantante y escritor -autor de un libro de poesía titulado “A propósito de tu boca”- llamado Javier Lorente que, en su día, fue destacado alumno de nuestra Escuela Superior de Arte Dramático. Me estoy refiriendo a ese personaje llamado Denver de la serie “La casa de papel”, que tanto éxito ha obtenido en todo el mundo.

A Javier Lorente, que ahora exhibe un físico espectacular, que se muestra como un actor en plena forma, mejor que nunca, acabo de verlo en su genial actuación en la serie “Cristo y Rey”, que se puede ver en una conocida plataforma digital.

Una serie ciertamente polémica en la que otra persona de la tierra, la cantante y actriz totanera Bárbara Rey, con su vida exagerada y sin límites, adquiere un papel muy destacado, con sus tormentosas relaciones con personajes como el Rey Juan Carlos o con el malogrado torero Paquirri.

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Javier Lorente encarna, con una maestría fuera de lo común, al no menos soberbio Ángel Cristo, acaso el domador más famoso de todos los tiempos; hombre guapo y temperamental que ocupó en su día las portadas de la prensa del corazón.

Javier Lorente, a la vista está, es un digno heredero de esos otros actores de raza, de aquí, de la tierra, como Paco Rabal, puesto que sabe sacar de dentro, con una increíble naturalidad, toda esa furia y ese enorme orgullo del que fuera marido de Bárbara Rey.

Un actor al que no deberíamos perder de vista porque, a buen seguro, por ese camino, va a llegar muy lejos. Un murciano de dinamita, frutalmente propagada, como dejó escrito nuestro entrañable vecino Miguel Hernández en su conocido poema “Vientos del pueblo”.