El micromentario de Pepe Belmonte: 'Día de perros'

Murcia

Los perros, desde que el mundo es mundo, desde que fueron domesticados hace más de treinta mil años, han tenido que soportar las mayores vejaciones de los seres humanos.

Mi propia madre, que era muy buena persona, me llamaba "perro porticero" cuando yo le hacía alguna trastada, sin que sepa, hasta hoy mismo, ahora que no está para aclarármelo, qué significa esa expresión.

Y el padre de mi amigo el "Carmelico", cuando nos arengaba para que no volviéramos tarde de la fiesta, nos recordaba aquello de “por la noche lobos, y por el día perros”, que no necesita explicación alguna.

Amén de todos los refranes, dichos y expresiones que dejan en un mal lugar a los sufridos cánidos, como aquel que se convirtió luego en una de las más celebradas comedias de Lope de Vega: "El perro del hortelano, que ni come ni deja comer al amo". En fin.

Hace unos días, en un pueblo de Murcia, una pareja de perros causó la muerte de una anciana. Dos canes descontrolados, que se escaparon de una finca, al parecer, sin vacunar, sin control veterinario alguno, sin identificación y, lo que es peor aún, sin ningún tipo de seguro de responsabilidad civil, que podría llevar a sus dueños a la cárcel.

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La reacción de la gente de la calle ha sido inmediata. De entrada, al día siguiente, en la prensa se recogía la foto de un perro, atado a un banco de la calle, que había sido abandonado por su dueño, quizá asustado después de los últimos acontecimientos.

Los veterinarios están ya hartos de explicar que no hay razas buenas ni razas malas, sino perros, con nombre y apellido, peligrosos y perros nobles que han sido bien cuidados y adiestrados por sus amos.

Ahora que se está planteando todo este asunto de cara a realizar una nueva legislación que ponga las cosas en su sitio, sería preciso tomarse en serio este asunto y que hablen y opinen sólo los expertos, manteniéndose los políticos al margen.

Está claro que estos animalicos siguen siendo igual de nobles como lo han sido siempre. Y que sólo los dueños son los responsables de su comportamiento.

Lo vengo a decir porque ahora, ese par de canes que ha causado la muerte de un ser humano y que tienen muy preocupada a la opinión pública, están en manos de unos jueces que podrían dictar sentencia de muerte contra ellos. Está claro, que siempre la paga el más débil.

Pepe Belmonte