Carlos Fernández nos habla de las dos variables fundamentales a la hora de ejercer en prisión: el sentido común y la humanidad

Murcia

El Ayuntamiento de Molina de Segura se suma desde hoy a la lista de ayuntamientos para el cumplimiento de las penas de trabajo en beneficio de la comunidad. De esta forma, cuando un juez condene a un vecino de Molina de Segura a este tipo de trabajos como pena por un delito, los servicios los prestará en el propio municipio. Todo ello a raíz del convenio que hoy se suscribe entre el Ayuntamiento molinense y el Ministerio del Interior, a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, para el cumplimiento de este tipo de penas.

En Hoy por hoy Murcia hemos hablado con Carlos Fernández, director del Centro de Inserción Social 'Guillermo Miranda', un centro de semilibertad donde los penados ya han pasado al tercer grado de su condena. Fernández ha explicado que no se puede criminalizar a las personas que han cometido un delito y están cumpliendo la pena impuesta por la Justicia, "no somos jueces, la gente ya viene juzgada a nuestros centros, no nos corresponde juzgar a ningún penado, estas personas ya vienen juzgadas y condenadas, mi trabajo consiste en intentar su reinserción en la sociedad", ha dicho.

El director del Centro de Inserción Social 'Guillermo Miranda', asegura que no siempre puede conseguir la reinserción en la sociedad de estas personas, pero aun así, tiene la obligación de ofrecer a esa persona la posibilidad de un cambio en su vida.

Dice Carlos Fernández que existen dos variables fundamentales a la hora de ejercer en prisión, independientemente del delito que haya cometido la persona que ha sido condenada y que son el sentido común y la humanidad.