El micromentario de Pepe Belmonte: 'La ciudad no es para mí'
Columna de opinión del catedrático de Literatura de la Universidad de Murcia para Hoy por hoy
El micromentario de Pepe Belmonte: 'La ciudad no es para mí'
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Murcia
Durante estos días, en las Redes Sociales, hemos podido apreciar la figura de José Vélez, Delegado del Gobierno de la Región de Murcia y Secretario General del PSOE, deambulando por Madrid, un tanto perdido, mirando a lo alto de los edificios de la capital de España, como un pueblerino que se adentra en la selva inhóspita de la gran urbe.
Los mal pensados han recordado de inmediato la figura de Paco Martínez Soria en la película La ciudad no es para mí, dirigida en 1966 por Pedro Lazaga, en donde un tal Agustín Valverde –papel que encarna el propio Martínez Soria–, natural de un pueblecito llamado Calacierva, se queja amargamente de los inconvenientes de la metrópoli, con el consiguiente menosprecio de corte y alabanza de aldea, que le llevan a expresar frases que han quedado grabadas en la historia del cine, como aquella en la que dice:
“¿Sabes el gusto que da tumbarse en la cama todas las noches, mandar una pierna a Francia, la otra a Inglaterra y quedarse dormido como un tronco sin remordimientos de conciencia?”.
Los sondeos de opinión ponen en la picota a Vélez, que no remonta por muy mal que lo haga en la Región de Murcia el variopinto gobierno del Partido Popular. Vélez busca, desesperadamente, hacerse un sitio y conseguir ser más conocido entre la gente, que apenas sabe de su existencia.
Si habla, se le ve el plumero, con esa dicción suya propia de quien ha repetido muchas asignaturas del Bachillerato, y muy especialmente la de Lengua Española. Si calla, sus opositores, denuncian el silencio de quien debía haber sido mucho más aguerrido cuando los de su propio partido anunciaban la derogación definitiva del Trasvase Tajo-Segura.
La interinidad de José Vélez, dentro de la cúpula del organigrama del Partido Socialista en la Región de Murcia, es evidente. Su currículum no puede limitarse a ser un buen amigo del actual presidente del gobierno de la nación. Y su actitud resulta poco ejemplar y de escasa confianza, con esa cara de cabreo que exhibe de manera permanente, como un niño al que le hubieran robado el balón y fuera consciente de que sin balón no hay partido. Ni presidencia de la Comunidad Autónoma.
Pepe Belmonte
