Empoderada e intolerante a la lactosa: Así es Elba, la primera pastora gallega
Perdió la vida en Pedrafita de O Cebreiro hace 9.300 años, donde pastoreaba sola con varios uros, y su caso arrojó luz sobre los inicios de la domesticación

Empoderada e intolerante a la lactosa: Así es el Elba, la primera pastora gallega
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Lugo
En vísperas del 8-M, nunca está de más abrir el baúl de los recuerdos para desempolvar figuras femeninas que han pasado más desapercibidas de lo que merecían a lo largo de los años. Elba es una de ellas. Considerada la primera pastora gallega, murió antes de cumplir los 40 años mientras pastoreaba con varios uros en Pedrafita de O Cebreiro.
Fue en 1998 cuando los restos de Elba aparecieron en la cueva de Chan de Lindeiro, en la parroquia de Zanfoga. Sorprendentemente, iba acompañada de varios uros, lo que reveló que los inicios de la domesticación en la península ibérica habían comenzado mucho antes de lo que hasta entonces se pensaba.
El historiador lucense, José Antonio Rey, afirma que todo apunta a que "parece ser que Elba apareció en el meseolítico, es decir, una etapa entre el Paleolítico y el Neolítico. El ser humano estaba aprendiendo a cultivar y a convertirse también en ganadero, en este caso ganadera. Estamos en una etapa postglacial, precisamente donde se está desarrollando una incipiente ganadería".
Se supone que Elba estaba de pastoreo cuándo, con muy mala suerte, de cayó desde aproximadamente unos 15 metros de altura. Por las características de la zona, su cuerpo quedó completamente escondido hasta que un 17 de enero de 1998, la espeleóloga Ana Belén Rodríguez, descubrió un trozo de cráneo en esta sima lucense y, por ende, descubrió a Elba.
Es posible que el terreno calcáreo, inestable, cediera a su paso y la mujer y los tres uros serían arrastrados sin remedio por el derrumbe. Atrapados entre tierra, arcilla y bloques de piedra, posiblemente sufrieron fuertes traumatismos que le causaron rápidamente la muerte. Elba y los tres uros desaparecieron. Únicamente si alguien hubiese pasado por el lugar muy poco tiempo después podría ver sus huellas.
Fue como si se los tragase la tierra. Con el paso del tiempo volvieron a producirse derrumbes, por lo que sus esqueletos, ya desmembrados, fueron arrastrados a las capas más profundas de la dolina y dispersados en su interior.
¿Cómo era Elba?
Los expertos, después de las pruebas genéticas pertinentes, han llegado a la conclusión que Elba medía entre 1,50 y 1,60, tenía los ojos de color castaños y el pelo oscuro. Cuando murió tendría entre 30 y 40 años, estaba desnutrida, su dentadura estaba hecha "mistos", probablemente tenía una ligera discapacidad psíquica debido a un accidente anterior y cojeaba.
Pero lo más curioso es que se supo que era intolerante a la lactosa, como la mayor parte de los homo sapiens sapiens, y padecía "lo que ya conocemos muchos que vamos mayores... ¡artrosis!".
"Por lo visto, un equipo internacional de científicos ha conseguido extraer ADN mitocondrial. En humanos, al igual que en la mayoría de mamíferos, la herencia del ADN mitocondrial es maternal. Y gracias a ello podemos saber, entre otras muchas cosas, qué enfermedades padecía la interfecta", detalla Rey.
Lo más próximo que podemos estar de esta pastora que ya paseaba sola con sus miuras es visitar Quiroga. Allí se encuentra una escultura que homenajea a toda una mujer con historia.
Sara Meijide
Redactora de Radio Lugo