La Fundación Salma atribuye el incremento en el consumo de antidepresivos en la adolescencia a un problema estructural
A la falta de psiquiatras y psicólogos se suma la tendencia a llamar como trastornos mentales dificultades cotidianas

¿Por qué se ha disparado el consumo de antidepresivos en España? / Cadena SER (Getty Images)

A Coruña
El consumo de ansiolíticos y antidepresivos se ha incrementado un 7% entre menores de 15 años. Son más de 11.000 los adolescentes que toman este tipo de fármacos, según un informe publicado por el Ministerio de Sanidad. Son medicamentos que se recetaron sólo en Atención Primaria. Aparte queda la Atención Especializada en el área de Salud Mental. Profesionales de la psiquiatría y de la psicología consideran que a veces se utilizan este tipo de fármacos sin que sean estrictamente necesarios. La falta de psicólogos en la sanidad pública continúa siendo una de las claves, lo que deriva en largos tiempos de espera para la primera consulta y meses de demora entre una y otra sesión de terapia. En opinión de Lourdes Suárez, del Servicio de Psiquiatría del Área sanitaria A Coruña-Cee y responsable de la Unidad de Conductas Adictivas de Carballo además de que hacen falta más psiquiatras y psicólogos existe una tendencia a medicalizar o llamar como trastornos dificultades de la vida cotidiana.
Cuestiones que, a su juicio, hay que resolverlas en comunidad con más respuestas. "No limitarnos a recetar fármacos o hacer psicoterapia para tolerar lo que a veces es el malestar emocional que hemos tenido siempre" asegura.
La vulnerabilidad en la adolescencia adquiere una expresión si cabe mayor ante una sociedad demasiado individualista y el abuso de las redes sociales. Uno de los problemas -sostiene Lourdes Suárez- es que nos expresamos siempre en términos médicos. Es frecuente escuchar a jóvenes decir "estoy expresado","aquel es un poco bipolar" o "tengo esta fobia" sin saber cómo identificar cuando están tristes o sus causas. Afirman estar deprimidos y eso -advierte la directora de la UCA de Carballo, puede llevar a a veces a un sobrediagnóstico y a una medicalización no necesaria.
La Fundación Salma para el cuidado de la salud mental lo tiene claro. A su presidenta, Ana González, no le llama la atención el aumento en el consumo de antidepresivos y ansiolíticos en jóvenes. Señala que hay un problema estructural, insuficiente financiación y escasos recursos para la demanda existente.
Según el estudio de Sanidad, la depresión o ansiedad son las enfermedades más frecuentes entre los adolescentes que toman ansiolíticos o antidepresivos.