El primer año sin móviles en los institutos deja una conclusión clara: la supervisión debe continuar en casa

Lugo

Se cumple un año desde la entrada en vigor de la prohibición de usar los teléfonos móviles en los colegios e institutos de toda Galicia. Desde la Consellería de Educación hacen balance de la medida y aseguran que se ha producido una mejora en la convivencia entre los jóvenes, que se han reducido los conflictos y se ha favorecido el diálogo. Añaden además que han disminuido los casos de ciberacoso, aunque a este respecto la comunidad educativa recela y pide datos, porque en el día a día perciben otro panorama.

Entre el alumnado los hay que desde el primer día cumplen la norma y aseguran que, aunque lo llevan, lo usan solo "en el camino de ida y vuelta a casa o para ponerme música si nos dejan tiempo para estudiar, pero nada más". Otros incluso lo dejan "en casa cargando, porque en el instituto no hay que usarlo para nada". Sin embargo hay testimonios que acreditan que hecha la ley, hecha la trampa: "Si digo la verdad, lo usamos para jugar a videojuegos en clase o para hacernos fotos". Si les pillan, pues "un parte y para casa", explican despreocupados.

La importancia de poner límites

Lucía Ríos, que es presidenta del ANPA del IES Leiras Pulpeiro en Lugo, cree que para evitar este tipo de conductas son las familias quien más tiene que implicarse: "En la escuela se enseña, pero se educa en casa, que es de donde debe venir la base para saber gestionar la tecnología". Por parte de los padres y madres se encuentran actitudes de todo tipo, "desde los que están de acuerdo totalmente con la prohibición a los que defienden que el niño o la niña tiene que llevar el teléfono porque al salir tiene que saber si va a comer a casa de la abuela o no".

Desde el otro lado, Berta López, docente retirada que fue directora del mismo instituto, explica que muchas de las complicaciones del profesorado para controlar el uso de dispositivos móviles llegan por parte de las familias. "A mí requisar teléfonos me produjo grandes conflictos con padres y madres que terminaron en los juzgados porque hubo amenazas de por medio", cuenta. "Esto lo que hace es soliviantar nuestra autoridad y después nos hemos encontrado con alumnos que se niegan a entregar el móvil cuando se le requisa, por ejemplo", añade la profesora.

En este sentido cree que la prohibición que hace un año se impuso desde la Xunta de Galicia fue "muy necesaria porque el profesorado se quedaba sin recursos y con ella había un respaldo". Sin embargo, también entiende que "la prohibición es la medida más fácil y la menos educativa", además de que "deja muchas vías abiertas todavía". A este respecto ambas coinciden en que queda mucho trabajo de concienciación que hacer por delante.

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Comparte esta opinión Manolo Fernández, experto en tecnología, que apunta que "nos falta mucha cultura tecnológica y nos sobra uso". Mira hacia Suecia para apuntar que, siendo uno de los países más digitalizados del mundo, en el ámbito educativo ha decidido "dar marcha atrás y volver a lo analógico" por "los peligros psicológicos y la disminución de la atención y el rendimiento" de los alumnos que se ha detectado en las aulas más digitalizadas. Señala también que son cada vez más las repercusiones físicas del sobreuso de la tecnología: "En países como China más del 80% de los jóvenes son miopes, que es un porcentaje que será multifactorial, pero sin duda el tener los ojos pegados a una pantalla tiene mucho que ver".

A este respecto el psicólogo especializado en dificultades escolares y nuevas tecnologías Iván Pico añade que "hay cada vez más problemas de espalda relacionados con el uso del móvil y en general empezamos a ver alteraciones en la fisionomía, por ejemplo en las manos".

Afectación al desarrollo de los niños y niñas

A nivel psicológico las repercusiones del uso abusivo e inadecuado que hacen los jóvenes de los dispositivos móviles también es muy notable y está acreditado. "Un estudio de la Universidad de Oxford ha detectado cómo la materia gris del cerebro se reduce por el uso excesivo de medios digitales y sobre todo por el tipo de contenido basura e irrelevante que se consume", apunta. Esto conduce a una "involución de las nuevas generaciones que implica una disminución de la capacidad para resolver problemas, de atención o de memoria operativa". "Hay que encontrar medidas para evitarlos sobre todo porque hablamos de edades tempranas en las que el cerebro necesita estimulación y retos, no acomodarse", sostiene.

El "scroll infinito", que consiste en el consumo continuado de imágenes o vídeos cortos que nunca se termina, tiene mucho que ver con esto. Provoca que "el cerebro se acostumbre a tener que recibir este tipo de estímulos", de forma pasiva, "cada poco tiempo". Por eso "cuando los niños o las niñas tienen que prestar atención de forma prolongada, que es la única forma de llegar a un estado de concentración, les cuesta o son incapaces". Además, Berta López identifica en el alumnado un estado muy habitual de "frustración", porque "lo intentan una vez, pero no más", y Lucía Ríos ve como sus hijos lo quieren "todo y ya mismo".

Todos coinciden en que la prohibición de los móviles en los centros educativos es "la medida fácil", pero advierten de que no puede quedarse en los institutos. El psicólogo apunta además que "la mayor parte de las adicciones a las redes sociales se generan fuera de las aulas, en casa" y que se deben "a un acceso sin límites a ellas". "Evidentemente esta medida va a mejorar el rendimiento académico de los jóvenes", dice, "pero no podemos descuidar el control parental y la importancia de educar en el uso de la tecnología", que recuerda que "no es el demonio", pero que mal usada y sobre todo en "etapas evolutivas" llegan a "alterar el desarrollo".