Denuncian el acoso a una árbitra de 13 años durante un partido de fútbol base en A Coruña
La delegación de árbitros de A Coruña remite al comité sancionador de la Federación galega de fútbol el acta del partido. La madre de la joven colegiada expone en redes sociales la agresión verbal sufrida en un encuentro de fútbol base
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Andy Perez
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A Coruña
El fútbol base en A Coruña se ve envuelto en una nueva polémica tras la denuncia pública de Esther Rey, madre de una joven árbitra de 13 años, quien asegura que su hija fue víctima de acoso e intimidación durante un partido de categoría prebenjamín (6 y 7 años) entre el Victoria y el Silva, celebrado en los campos de A Torre.
La delegación de árbitros de A Coruña ha remitido al comité sancionador de la Federación galega de fútbol el acta del partido acompañada de una ampliación en la que se desvela el maltrato y la crispación contra la chica por las expresiones y actitudes de personas del banquillo y de la grada. Ahora es el Comité de Competición y Disciplina de la RFGF el que debe tomar un acuerdo en base a los hechos sucedidos.
"Se encontró con un entrenador y tres jóvenes que, actuando en manada acosaban a mi hija ante cualquier decisión arbitral", señala la mujer en redes.
En el acta se alude al delegado del Victoria, que "tras sancionar a su equipo con una falta en medio del campo, entró en el terreno de juego aproximadamente seis metros" dirigiéndose a la árbitra "en una actitud desafiante en los siguientes términos: 'Arbi, qué escándalo, qué vergüenza, no tienes ni puta idea'". "Sintiéndome asustada e intimidada", reconoce la afectada, que no llegó a sancionarlo. En la ampliación del acta se señala también que varios miembros del Silva se dirigieron a la niña con expresiones como "¡Qué puta vergüenza!" o "No tienes ni puta idea".
La árbitra concluye "con la presión continua ejercida sobre mi por personas de mucha más edad que yo ... me sentí totalmente bloqueada para tomar las decisiones disciplinarias correspondientes". De hecho no activó el protocolo de violencia verbal ni sacó ninguna tarjeta y tampoco expulsó a personas que estaban en el banquillo sin estar facultados para ello.
"No me voy a callar": la denuncia de una madre contra la violencia verbal en el fútbol infantil
A través de su perfil en redes sociales, Esther Rey ha querido visibilizar una situación que, según ella, suele quedar impune: "No me voy a callar porque eso sería encubrir una actitud que muchas veces se oculta por vergüenza. Pero mientras no denunciemos, estas cosas seguirán ocurriendo con total impunidad".
En su publicación, subraya que los entrenadores de ambos equipos actuaron con corrección dentro de un ambiente "terriblemente agresivo y maleducado". Sin embargo, señala directamente al delegado del Victoria, a quien describe como "un auténtico monstruo" por su actitud durante el encuentro.
Insultos y presión sobre una niña de 13 años
La madre de la árbitra detalla que este delegado "cuestionó de manera reiterada todas y cada una de las decisiones de una niña de 13 años que, al igual que los jugadores, está aprendiendo". Además, denuncia que lo hizo "con mala educación, intimidándola con aspavientos, expresiones y actitud corporal agresiva".
La progenitora no duda en calificarlo de "gañán" y "energúmeno", reclamando incluso que se le prohíba la entrada a los campos de fútbol por fomentar un comportamiento hostil desde la banda.
Un niño de 7 años exigió explicaciones a la árbitra tras el ambiente generado
El relato de Esther Rey va más allá y muestra cómo la tensión en el campo se trasladó incluso a los pequeños jugadores. Según cuenta, durante el descanso, un niño de no más de 7 años se dirigió a la árbitra exigiendo explicaciones por sus decisiones. "Ese niño debería tener grabado a fuego que al árbitro no se le discute", lamenta. A pesar de la situación, su hija decidió no reaccionar y seguir arbitrando.
Miedo en la banda y un protocolo que no se activó
Otro de los momentos más preocupantes que denuncia la madre ocurrió con el cuerpo técnico del Silva. Según su versión, su hija no se atrevía a acercarse a la banda porque "les tenía miedo, literalmente", debido a la agresividad de sus expresiones y actitud.
Rey lamenta que la joven colegiada "cometió el error" de no revisar previamente la alineación para saber quiénes estaban inscritos como técnicos en el partido. "Se encontró con un entrenador y tres jóvenes que, actuando en manada, la acosaron ante cada decisión arbitral", denuncia.
Finalmente, la madre concluye que su hija debió haber activado "el protocolo de violencia verbal, sacar tarjetas y expulsar a los tres sinvergüenzas que estaban en el banquillo del Silva".
Un nuevo llamado a la reflexión sobre la violencia en el fútbol base
Este incidente pone de nuevo sobre la mesa el debate sobre la violencia verbal en el fútbol infantil y el papel que deben jugar clubes y federaciones para garantizar un ambiente seguro y formativo para los más jóvenes, tanto jugadores como árbitros.