El PSOE de Pontevedra propone recuperar el PillaBici en versión eléctrica
Los socialistas quieren fomentar el uso de la bicicleta con la implantación de un servicio público de préstamo de bicis con pedaleo asistido. Es una de las mociones que irá a pleno el próximo lunes en el Concello de Pontevedra
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En junio de 2011 el Concello de Pontevedra anunciaba suspendía el servicio de PillaBici por falta de usuarios. Los tiempos han cambiado mucho. Y la movilidad también. La moción impulsada por el portavoz municipal del PSOE, Iván Puentes, insta al Gobierno Local de Pontevedra a acogerse a las ayudas del Ministerio para poner en marcha este servicio e integrarlo en el sistema de billete único del transporte metropolitano, de manera que el alquiler sea compatible con el tícket de tren y autobús.
Al mismo tiempo, los socialistas también le solicitan al Concello, el progresivo desarrollo de la infraestructura necesaria para promover la movilidad ciclista, incluyendo estaciones de mantenimiento y lavado, aparcamiento para bicis y carriles bici allí donde sea preciso. Eso sí, superando los problemas que supusieron la desaparición del Pilla Bici del 2011, que contaba con unas bicis muy difíciles de llevar y con muy pocas estaciones.
Sobre el tema de la circulación por las calles de Pontevedra, el PSOE apuesta por la creación de tres zonas de movilidad ciclista en la ciudad. En las zonas de plataforma única, conformadas básicamente por el casco histórico y el primer anillo de la ciudad, con la calle Michelena y Plaza de España, el carril bici carece de sentido y lo que debe regir según los socialistas, es la convivencia de tráficos, con prioridad para los peatones, después las bicis y los vehículos de movilidad personal y, finalmente, los coches privados.
En un segundo cinturón integrado por calles como Benito Corbal o Loureiro Crespo, donde hay un único carril de circulación en una única dirección, ahí defienden que las bicis deben circular por la calzada, exactamente igual que los coches, pero introduciendo un matiz: si la ciudad está organizada en tela de araña, de manera que nunca pueda llegar de punto a punto en línea recta y lleve más tiempo llegar en coche que llegar a pie (desincentivando así el uso del coche), si se obliga a las bicis a realizar los mismos trayectos y direcciones que los vehículos a motor, en cierto modo se desincentiva el uso de la bici. Por lo tanto, prosiguió Iván Puentes: “lo que sostenemos es que, en esas calles, a diferencia de los coches, las bicis vayan por la calzada, pero puedan hacerlo a contradirección”.