Silvia Abril: "El humor es la vaselina para meter consignas importantes"

Narón

En un domingo en el que azota el temporal, el Pazo da Cultura de Narón es el refugio elegido para el cierre de gira de "Las Asambleístas (Las que tropiezan)", el colofón a una aventura que deja huella en Silvia Abril (Mataró, 1971), la Praxágora de Aristófanes de la que bebe esta producción de El Terrat.

Una obra con la que se "interpela al público", apunta la actriz, que subraya la recolección de impresiones en vivo y en directo con los asistentes en cada ciudad, uno de los grandes valores del teatro frente a la televisión o el cine, donde "tienes que esperar a que se estrene" para saber si ha gustado o no la propuesta.

A los espectadores "los hacemos votar", destaca la catalana, que se mete en la piel de una de aquellas mujeres de Atenas a las que les tocó "remar en contra de la inercia que tomaba y continúa tomando la sociedad".

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Abril manifiesta que queda "mucho trabajo por hacer", completar la faena que se plasma en esta obra, donde el grupo de mujeres "decide, lideradas por Praxágora, que hasta aquí"; un antes y un después, el momento en el que se disfrazan "de hombres de noche para coger las ropas de sus maridos y colarse en el lugar en el que se votan las leyes".

Tenían una "única intención, cambiarlas y hacerlas más favorables a las mujeres", un grupo que se enfrenta a la injusticia para "limar diferencias y sacudir a la sociedad" y que se aferra al humor.

"Es un bálsamo maravilloso, a través del humor puedes colar goles sin levantar tanta ampolla", expresa la intérprete, que reconoce que en ocasiones "es duro darse cuenta de cuánto trabajo nos queda por hacer, cuántas cosas por cambiar; la capa a la que hay que darle duro con el martillo para hacerla saltar".

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Según Silvia Abril, "el humor es una manera más suave" y ayuda a que mientras se logra hacer "reír, cuando tienen la boca abierta, metemos tralla de la dura porque esto que está pasando todavía es heavy".

No lo duda, "el humor es la vaselina para meter mensajes y colar consignas importantes para nosotras", una estrategia coral dirigida por José Troncoso y en la que se ha tejido "una cosa casi mágica, un entramado de intereses y de cariños" entre las que se suben al escenario.

"Ha habido compañeras que tuvieron que dejar el proyecto, llevamos casi un año y medio girando y había compromisos adquiridos que tienes que cumplir", apostilla la actriz, que aplaude cómo "han entrado otras y el cariño que se ha puesto en esas sustituciones para ayudarnos entre nosotras".

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Todo se ha hecho "desde el amor y la generosidad, nos hemos cuidado mucho", por más que una gira aboque a pasar "muchas horas juntas", una tarjeta roja al tópico según el cual la rivalidad o las envidias pueden hacer mella en un grupo de mujeres, otra de esas barreras a sortear por "Las Asambleístas", apunta.

Dice Abril que en Narón "acaba una etapa" de sus vidas, pero esta relación que se ha establecido "va a ser para rato", por más que las agendas no dejen descanso; tampoco a ella, que este mismo sábado se dejó ver en la gala de los Feroz en Pontevedra por la nominación de su "Mamen Mayo" televisiva.

"He estado con varios frentes abiertos, pero siempre bloqueando para este proyecto; no me he bajado, sigo al pie del cañón y no me he perdido ni una función", recalca, con palabras de elogio para el teatro, un "volver a la madre, el útero de los que nos dedicamos a esto".

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Si en el cine o la pequeña pantalla "ruedas fraccionadas las tramas", el poder de las tablas es incomparable frente a ese "para adelante y para atrás": permite "darte el viaje entero" alrededor de una trama, "no hay trampa ni cartón y no tienes control, las riendas las tienen las actrices y los actores".

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