Ferraz expulsa a los cuatro concejales díscolos de Santiago
La dirección federal del PSOE da un plazo de tres días a los ediles para presentar alegaciones antes de elevar a definitiva la expulsión, según la resolución que hemos avanzado este viernes en la Cadena SER
Santiago de Compostela
Se recrudece la profunda crisis abierta en el PSOE de Santiago. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE ha decidido la "expulsión provisional" de los cuatro concejales que mantienen el pulso con la dirección local del partido. Ferraz acuerda la expulsión de Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez por su negativa a nombrar a Sindo Guinarte como nuevo portavoz del grupo municipal, aprobado por la ejecutiva local del PSOE. En el caso de Gonzalo Muíños, la expulsión se sustenta en su negativa a acatar la resolución del expediente abierto contra él por una "indisciplina reiterada" y por permanecer en el cargo de portavoz del grupo municipal en contra del criterio de la dirección del partido.
La nueva resolución de Ferraz, que hemos avanzado en Radio Galicia-Cadena SER, fue comunicada este viernes a mediodía a los cuatro ediles díscolos, que ahora tendrán un plazo de tres días para presentar sus alegaciones y pruebas de descargo. Pasado ese plazo, que termina el próximo miércoles 29 de enero, el instructor de este expediente, un asesor jurídico del partido, deberá tomar una decisión en base al artículo 341.1.d de los Estatutos del PSOE. Las opciones son tres. La ratificación de la expulsión, elevándola a definitiva. Puede pasar a ser una suspensión cautelar de militancia con la apertura de expediente disciplinario, o puede archivar las actuaciones.
Fuentes del PSOE dan por hecho que la expulsión será definitiva. Ferraz ha apostado por un procedimiento rápido con la resolución de expulsión temporal. Por poner un ejemplo, en el caso de Ábalos, el partido apostó en su momento por una suspensión de militancia. En el caso de Santiago, la dirección ha acordado la expulsión.
"Faltas graves o muy graves"
Según ha podido saber la Cadena SER, las sanciones por las que se motiva la expulsión se enmarcan en el incumplimiento de las faltas graves o muy graves de los Estatutos del PSOE. En concreto, la resolución emitida por Ferraz hace referencia a la "obstrucción a la labor y decisiones de los órganos del Partido", y a "una actuación, por acción u omisión, en contra de los acuerdos adoptados por los órganos de dirección del partido que afecten a las instituciones".
Una rebelión sin precedentes
La brecha entre el grupo municipal socialista y la dirección local del partido se hizo más profunda, y prácticamente insalvable, el día17 de enero con la comunicación por parte de Ferraz de la suspensión temporal de militancia y cargo público para Gonzalo Muíños por una "indisciplina reiterada". Esa resolución de Ferraz, avanzada por la SER, provocó la división del grupo municipal, actualmente partido en dos.
Por un lado Gonzalo Muíños al que apoyan las concejalas Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez, y por otro, Sindo Guinarte y Marta Abal, alineados con la dirección local. La negativa de los cuatro ediles díscolos a aceptar el nombramiento de Sindo Guinarte en lugar de Gonzalo Muíños provoca ahora su expulsión, pero las discrepancias vienen de lejos. La dirección acusa a estos cuatro ediles de incumplir la normativa y los estatutos del PSOE de forma reiterada, los cuatro concejales ahora expulsados hablan de una operación orquestada para hacer hueco en el grupo municipal a Aitor Bouza, actual secretario general. De fondo, la votación en el pleno municipal que reguló la ordenanza de las viviendas de uso turístico. Pleno en el que el grupo municipal votó en contra del criterio fijado por la ejecutiva local, discrepancia que Ferraz ha solventado con un apercibimiento a los concejales implicados.
Al grupo de 'no adscritos'
A la espera de conocer la resolución definitiva por parte de Ferraz, la expulsión provisional de los cuatro díscolos, si se convierte en definitiva, provocará la salida del PSOE de Gonzalo Muíños, Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez que ya han avanzado públicamente que no dejarán su acta de concejal, por lo que deberán incorporarse al grupo de 'no adscritos'. Esta situación provocará una ruptura del grupo municipal socialista, que se quedará con tan sólo dos de los seis concejales que obtuvo en las pasadas elecciones municipales. Una situación que complicará la gobernabilidad en el pazo de Raxoi, la alcaldesa, la nacionalista Goretti Sanmartín, deberá negociar cada asunto que quiera aprobar con el PSOE y con los cuatro concejales expulsados que no tendrán que someterse a una disciplina de voto. Una compleja situación que marcará lo que queda de mandato en la política municipal de Santiago.
"Objetivo último laminar al grupo municipal"
Tras una larga reunión en su despacho en el Pazo de Raxoi, los cuatro concejales díscolos emitieron un comunicado en el que consideran "incongruente" la decisión de abrir un nuevo expediente a Gonzalo Muíños e "incomprensible" la expulsión provisional de las otras tres concejalas "por no acudir a una convocatoria ilegítima", en referencia a la reunión convocada por Sindo Guinarte en la que debía ser proclamado nuevo portavoz. En esta línea, agregan que "actuar de acuerdo con la legalidad no debería suponer, en ningún caso, un incumplimiento del reglamento".
Los ediles consideran que "son absolutamente reveladores los plazos" y acusan a la dirección de perseguir "laminar al grupo municipal", de "forzar dimisiones" y "aplicar el quítate tú para ponerme yo".
También dicen que "es incoherente con los propios actos del partido" expulsar a Muíños, y añaden que "se está empleando una vía expeditiva disciplinaria contemplada para casos extraordinarios de extrema gravedad" como "presunta corrupción o agresión".
También reiteran, teniendo en cuenta el informe de los servicios municipales, que Gonzalo Muíños "mantiene inalterada su condición de concejal (...) y no se encuentra justificación para efectuar un cambio de portavoz".