El molino de A Gramela: El nuevo descubrimiento sobre Picasso en A Coruña
El director de El Ideal Gallego e historiador, Rubén Ventureira, nos cuenta la historia de este cuadro
Rubén Ventureira, director de El Ideal Gallego, nos cuenta el nuevo descubrimiento de Picasso en A Coruña
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A Coruña
El legado de Pablo Picasso en A Coruña vuelve a sorprender al mundo del arte gracias a un reciente descubrimiento que arroja nueva luz sobre su etapa en la ciudad gallega. La investigación liderada por Rubén Ventureira, director de El Ideal Gallego y profundo conocedor de la obra del genio malagueño, ha identificado que una de las pinturas atribuidas al Monte de Santa Margarita en realidad representa el Molino de Agramela, ubicado en el barrio del Agra del Orzán.
La obra en cuestión, una pequeña tablilla pintada por Picasso en 1895, había sido tradicionalmente catalogada como una vista de Santa Margarita. Sin embargo, un análisis exhaustivo de planos históricos, fotografías antiguas y detalles arquitectónicos ha permitido a Ventureira y al investigador Hernán Pardo corregir esta atribución. “El molino que pintó Picasso no es ninguno de los de Santa Margarita, sino el Molino de Agramela. Era el único que en 1880 tenía un capuchón en su techo y construcciones cercanas, detalles que se reflejan claramente en el cuadro”, explicó Ventureira durante una entrevista en Hoy por Hoy A Coruña.
Un hallazgo que reescribe la historia
El descubrimiento no solo destaca la importancia del Molino de Agramela, ahora en el almacén municipal de Benz, sino que también amplía el mapa de lugares que Picasso inmortalizó durante su estancia en A Coruña. Se suma así a otros escenarios como la Torre de Hércules, el Mar del Orzán y Riazor. “Identificar este molino es emocionante porque subraya cómo Picasso recorría la ciudad con su caja de pinturas, capturando su esencia”, destacó el investigador.
La relevancia del Molino de Agramela se remonta al siglo XVIII, cuando fue construido para moler trigo y surtir a los barcos de los correos marítimos. A finales del siglo XIX, cuando Picasso lo pintó, ya había perdido su función original, pero mantenía su característico capuchón.
El arte y la historia unidos
Este hallazgo también abre la puerta a futuras iniciativas culturales. Desde el Ayuntamiento de A Coruña se ha planteado la posibilidad de reconstruir el molino, una idea que cuenta con el respaldo de los vecinos y que podría recuperar este patrimonio histórico para la ciudad. “Sería maravilloso verlo de nuevo en pie, como el Molino que pintó Picasso”, afirmó Ventureira.
El cuadro, que pertenece a los herederos de Picasso, podría también recibir un cambio en su título oficial para reflejar esta nueva atribución: “Molino de Agramela en A Coruña”. Un gesto que no sería el primero en la obra del pintor, donde la investigación histórica ya ha permitido renombrar otras piezas.
Un Picasso siempre en exploración
La etapa de Picasso en A Coruña, que abarcó los años de 1891 a 1895, es fundamental para entender su evolución artística. Fue una época de intensa formación en la Escuela de Bellas Artes, donde estudió bajo la tutela de profesores como Román Navarro y Santiago Brocos, y también de exploración personal, plasmando en su obra paisajes y escenas de la ciudad.
Este descubrimiento demuestra que todavía quedan secretos por desvelar sobre el paso de Picasso por A Coruña. Como afirma Ventureira, “La tecnología y la investigación seguirán revelando sorpresas. Nunca hay que pensar que todo está contado”.