El Compostela no arranca
Perdió por 2-0 ante el Fabril en Riazor y sigue mostrando carencias en su juego defensivo y ofensivo
Santiago de Compostela
Van tres jornadas, sólo tres jornadas, pero para algunos ya se han encendido las alarmas. Un punto de nueve y en el horizonte el partido ante el Langreo que adquiere el cartel de "importante" para asegurarse un poco de tranquilidad y puntos que saquen al equipo del último puesto de la clasificación. Que sí, que es pronto todavía, que no van más que tres partidos, que este año no hay la "obligación" de pelearse con los gallitos, pero que el ahora mismo este Compos casi preocupa más por lo que se ha visto en las tres citas ya pasadas en el calendario que por los puntos que han volado.
Que dos hombres como Diego González y Manu Barreiro no hayan podido estar en Riazor no ayuda, evidentemente. El despliegue del centrocampista y la atención que exige el nueve a la zaga contraria desparecen por unas semanas y es justo exponerlo, pero también que al margen de nombres en el once o de los que salen desde el banquillo, el problema que se observa desde el arranque liguero es que al equipo le cuesta un mundo atacar con peligro. Lo más destacado de lo visto en Riazor fue un chut de Hugo Matos que exigió al guardameta deportivista Alberto. Tendría otra el jugador compostelanista en la segunda mitad, y entre medias, también Santi Prado tuvo otra para intentar inquietar al filial deportivista. Lo cierto, es que el Compos estuvo romo en ataque, blando en defensa, y el mejor fue Rabanillo bajo palos.
A la conclusión, Antón Permuy reconoció estar preocupado por la falta de clarividencia y contundencia mostrada hasta la fecha y aplicó la vieja fórmula de "trabajo". Mucho trabajo en el verde tiene por delante cuerpo técnico y plantilla, veremos cuanta paciencia y aguante exhibe la grada y la junta directiva, a la que se le sigue pidiendo presencia mediática sin que hasta ahora se escuche más voz que traslade el mensaje de la misma que la del gerente del club, Miguel Fernández.