Los alcaldes mariñanos valoran medidas para limitar las viviendas de uso turístico

Lugo

El número de pisos turísticos en la comarca de A Mariña ha crecido en los últimos cinco años en un 168%. Según el Instituto Galego de Estatística (IGE) la cifra total es de 1.244 viviendas vacacionales y para este verano ya suponen más de la mitad de plazas de alojamiento. Casi la mitad de todas ellas se concentran en Foz y en Barreiros.

Los alcaldes de ambos municipios muestran su preocupación por un crecimiento descontrolado, que tiene consecuencias sobre el precio y la escasez de vivienda convencional, pero también contribuye a incrementar la presión turística que soportan los vecinos y las arcas municipales.

La regidora de Barreiros, Ana Ermida, apunta que en este tipo de alquileres siempre estuvieron al alza en la localidad, pero "cada vez van a más" y los efectos de su proliferación generan preocupación en el gobierno local. "El aumento es muy notable en los últimos años y está afectando al alquiler anual e incluso a la adquisición de vivienda, porque no hay opciones", explica.

Ermida cree que es urgente "poner atención" en este asunto, pero señala que la capacidad de actuación a nivel de regulación de los Concellos está muy limitada. Entiende además que "es un problema que se replica en muchos municipios de Galicia, especialmente a los más turísticos", y que por tanto la forma de actuar más recomendable sería "desarrollar una norma común y homogénea, que diese solución a toda lo población, que debe tener las mismas garantías de acceso a la vivienda".

Desde Foz, el alcalde, Fran Cajoto, señala también a la Xunta como principal responsable para desarrollar políticas que pongan tope a la proliferación de viviendas vacacionales: "Ahora que tenemos una normativa estatal, el gobierno autonómico tendría que desarrollarla", argumenta. En su caso reconoce que en Foz están "empezando a tener un problema".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Municipio tensionado turísticamente

Fran Cajoto señala que "los alquileres aumentan de precio, y esto puede significar que familias que puedan estar interesadas en venirse a vivir aquí encuentren dificultades y no lo hagan". Son además, recuerda, el municipio con un número de demandantes de vivienda social más elevado de toda la comarca, en torno a 80 personas.

Además se muestra abiertamente partidario de instaurar una tasa turística: "En verano tenemos que contratar, por ejemplo, más personal para el servicio de limpieza, y queremos que las personas que pernoctan aquí también contribuyan a pagarlo, y que no lo sufraguen únicamente los vecinos".

La dimensión del problema se ha extendido incluso a los bajos de los edificios, donde se abren viviendas sociales "alegando un uso que no es residencial", explica, algo que quieren limitar porque prevén que terminará por incrementar los precios de los locales comerciales hasta afectar también al pequeño comercio. "No queremos sufrir la misma situación que municipios del Levante español, que en invierno se quedan vacíos, porque eso no es hacer pueblo", dice.

Limitar en el PXOM (Plan Xeral de Ordenación Municipal) la instalación de viviendas turísticas es algo en lo que ya trabajan, y lo siguiente será "determinar a través de un porcentaje cuantas puede haber en una determinada zona que pueda estar más tensionada por el turismo", avanza el alcalde focense. Esta medida la desarrollarán en diálogo con las comunidades de vecinos.

Para poder implantar todas estas normas piden "amparo de la administración autonómica" y un margen de maniobra mayor para la legislación municipal. Necesitan, cree Cajoto, "medidas para equilibrar la situación", y pide que se estudie al municipio como tensionado turísticamente.