Galicia-Norte de Portugal y el olvidado producto de proximidad y kilómetro 0
El Celta lleva décadas de espaldas al mercado luso
Vigo
Si hay una asignatura pendiente del Celta desde hace años, muchos años, es el control del mercado gallego y, sobre todo, del mercado portugués. Pese a la proximidad geográfica, apenas se cruza el Miño para buscar en el lado luso jugadores que puedan explotar en las filas viguesas. Apenas algunos intentos pero con jugadores de poca relevancia y, después, fichajes en el Benfica como los Cervi, Ristic o Ferreyra o en el Porto como Marchesín, a un precio mucho mayor..
El otro día visitaba Balaídos el Valencia que cuenta en sus filas con André Almeida, jugador de Guimaraes y que fichó del Vitoria el Valencia. Pero también Pepelu estuvo cedido por el Levante en el Tondela y en el propio Vitoria de Guimaraes. Y a Thierry Correia lo ficharon de las categorías inferiores del Sporting de Portugal. También Samu Costa, que es de Aveiro, fue fichado por el Almería del Sporting de Braga. El mediocentro del Rayo, Miguel Crespo, formado en las categorías inferiores del Braga, ha reforzado al equipo madrileño esta temporada. También el portero Ruí Silva, natural de Maia, se formó en el equipo de la localidad antes de fichar por el Nacional de Madeira. Llegó al Granada por solamente 1 millón de euros y su cotización actual en el Betis es de 15 millones según Transfermarkt. Son algunos ejemplos de futbolistas nacidos o formados en la Región Norte que han ido a recalar a La Liga.
Además del olvido desde hace lustros del mercado portugués, el Celta tampoco cuida en exceso el mercado de proximidad. Afortunadamente ya se han dado pasos para las categorías inferiores y para el Fortuna en los últimos años. Las llegadas de Pablo Durán o Miguel Román han sido algunos ejemplos. Pero para el primer equipo no ha dado demasiado pasos al respecto en clubes gallegos. El producto de kilómetro cero tampoco se lleva. Desde Santi Comesaña que se fue al Rayo desde el Coruxo por menos de 800.000 euros y que ahora es titularísimo en el Villarreal y su cotización está en 7,5 millones. Lo mismo ha pasado esta temporada con el Racing de Ferrol. El Celta no tuvo rapidez para poder interesarse en Carlos Vicente que se fue al Alavés por medio millón de euros. El jugador de Zaragoza lleva 2 goles y 4 asistencias en el equipo babazorro convirtiéndose en una de las revelaciones de la segunda vuelta. Su valor actual ya supera los dos millones de euros. Tampoco el Celta se fijó en el Lugo de Segunda antes de su descenso. En aquel equipo había dos jugadores que despuntaban con bastante asiduidad: Chris Ramos y Ricard Sánchez. El lateral derecho catalán estuvo cedido por el Granada y, esta temporada, realizó una buena campaña en el equipo nazarí. Ricard Sánchez fue titular en el lateral derecho pero además marcó 3 goles y dio 1 asistencia. Tiene 24 años y su campaña en Lugo fue muy buena. El otro jugador con pasado en el Anxo Carro es Chris Ramos. El espigado delantero anotó 5 goles y dio 2 asistencias en una temporada compleja del Cádiz. Lo ficharon del Lugo por menos de millón y medio y, actualmente, ya han llegado ofertas de varios millones de euros por él. El Cádiz se remite a sus 10 kilos de cláusula en Segunda.
Los dos casos más complejos y que han sido una pena para el propio Celta son los del producto de kilómetro 0 pero de tu propia cosecha. Tanto Iker Losada como Sergio Barcia se fueron libres porque el Celta consideró un esfuerzo demasiado grande hacerles ficha del primer equipo. Ahora Sergio Barcia se ha convertido en uno de los mejores centrales de la Liga Hypermotion y hace una de las mejores duplas con Pablo Ramón. Es uno de los centrales con más duelos ganados y con más pases realizados. Barcia llegó libre al Mirandés y ha renovado hasta 2025. Iker Losada se fue libre al Racing de Ferrol y, ahora, varios clubes de Primera están estudiando el abonar los 1,8 millones de euros que tiene de cláusula el talentoso futbolista de Catoira. En su debut en el fútbol profesional, Iker Losada anotó 9 goles y dio 7 asistencias. Unos números que no han pasado inadvertidos para muchos clubes. También el Celta intenta realizar una operación retorno en la que pueda rebajar la ficha con algunos jugadores en la negociación.
Pero lo que está claro es que, desde hace décadas, el Celta ha dejado de lado el producto de proximidad y el kilómetro cero.