Cuando Vigo se escribía con P de París
El Celta prescinde de la asesoría externa de Luis Campos
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VIGO, 28/11/2022.- El director deportivo externo del Real Club Celta de Vigo Luis Campos (d), saluda al presidente del Real Club Celta de Vigo, Carlos Mouriño, este lunes, antes de comparecer en rueda de prensa. EFE/ Salvador Sas / Salvador Sas (EFE)
![VIGO, 28/11/2022.- El director deportivo externo del Real Club Celta de Vigo Luis Campos (d), saluda al presidente del Real Club Celta de Vigo, Carlos Mouriño, este lunes, antes de comparecer en rueda de prensa. EFE/ Salvador Sas](https://cadenaser.com/resizer/v2/KESVTRKVZJOESTJOQFYG3QRIQA.jpg?auth=c7105d682533724e12fdc53f1ab6df0d149b67b604d545871a905863c3bb967b)
Vigo
Se acabó la era Luis Campos en el Celta. Ya lo había dejado caer la nueva presidenta tanto en la Junta General de Accionistas como en su primera rueda de prensa cuando asumió oficialmente el cargo. Se esperaba que la resolución fuese en junio pero los movimientos que Luis Campos estaba realizando en los medios galos, invitaron a Marián Mouriño a adelantar un semestre la decisión ya tomada. No cayeron nada bien las declaraciones que iba filtrando el portugués en Le Parisien y otros medios que servían para sembrar su relato en París e intentar salir como el vencedor del pulso. Campos dejaba caer que era él el que estaba pensando en dejar el Celta para centrarse en el PSG al 100%. Como si esto no es lo que pasa con solamente un par de apariciones para ver a los celestes en toda la temporada y con apenas apariciones por la sede salvo algún día que aprovechó para venir a su casa de Esposende.
Su calidad como director deportivo está avalada por sus méritos al frente del Lille o Mónaco con los que ganó la Ligue 1. Su implicación con el Celta sí que está más que cuestionada y ha sido lo que le ha hecho caer. Su tardanza en los fichajes este verano, la frustrada Operación Mendy el día del cierre de fichajes con un segunda francés porque estaba cerrando una operación de 100 kilos para el PSG, la falta de seguimiento del día a día y la falta de acierto en muchos de sus fichajes, han llevado a Marián Mouriño a replantear, con urgencia y firmeza, la fórmula del asesor externo. Pero la de Luis Campos sí que era una asesoría externa pero muy muy externa. Por teléfono o Zoom desde París. Muy poco sobre el terreno. Su hombre en el Celta, Juan Carlos Calero apenas con ascendencia y peso tanto en el vestuario como en el cuerpo técnico. Algo inaudito para un club de fútbol que lleva el 80% de las jornadas en descenso y, desde que empezó la temporada, en crisis galopante de resultados. No es normal que no se haga por lo menos una semana al mes seguimiento sobre el terreno. Parece que con su trabajo también cuestionado en París, el jeque no vería con buenos ojos que Campos se pasease por Afouteza mientras el PSG se mostraba irregular en Ligue1 y Champions.
Mientras el Celta jugaba sus partidos incluso fuera del fin de semana, a Luis Campos se le veía bajar del avión del PSG, del autobús en algún desplazamiento próximo a París, se le veía en los campos de Champions League acompañando a Luis Enrique, e incluso haciendo declaraciones en los medios franceses hablando de la búsqueda de un medio brasileño o de las necesidades parisinas en el mercado de invierno.
En Vigo apenas se le vio fugazmente en el fronterizo duelo de Girona a mesa puesta y no se le vio, por ejemplo, ni en el fronterizo duelo de Anoeta ni en el fronterizo duelo de Bilbao. Este último fue otro de los momentos más sangrantes del portugués. Luis Campos decidió no bajar a San Mamés el viernes cuando el PSG jugaba el domingo. Pero, además, no fue porque tuviese mucha plancha en la dirección deportiva del club parisino, no. Es que se fue a dar una charla a La Sorbona a 50 chavales a la misma hora que un tocado Celta se estaba jugando la vida en San Mamés. Por supuesto al domingo siguiente se le vio bajar del autobús del PSG de risas con Luis Enrique.
El Celta tendrá que resetear justo a las puertas del mercado de invierno. El club trabaja contrarreloj para contratar a un director deportivo tradicional que fiche, que no desprecie el mercado español o portugués, que vea in situ la evolución, la adaptación o los problemas de esos fichajes por los que apostó. También que esté codo con codo con el entrenador para ver qué es lo que falla y qué es lo que se puede mejorar. No por teléfono o mandando un WhatsApp desde París. Desde su despacho en Afouteza. Que sea el que se reúna con los jugadores tocados anímicamente o con problemas en el vestuario para ver cuál es la solución. Por ejemplo que esté pendiente del caso Carles Pérez o de ver que se puede hacer con Williot o Miguel. Coordinar el equipo de ojeadores del club sin frenarlo en sus atribuciones para que no interfieran en las prioritarias “oportunidades de mercado”.
Luis Campos no dejó de minusvalorar al Celta y su trabajo en Vigo. Se centró en las grandes operaciones futuras que pudieran beneficiar tanto al Celta como a él mismo como sociedad. El Celta fichó un arquitecto y lo que tuvo fue un contratista. La figura del portugués era la perfecta metáfora de Clark Kent y Superman. Con el Celta era un humilde y raso reportero de un periódico local que teletrabajaba, con Al-Khelaifi era un Superman capaz de gastarse 400 millones en el mercado de verano y volar a todas partes para estar cerca de su equipo.