Seis meses para saber si el Supremo admite o no el recurso de las familias del doble crimen del Cash Record
Si finalmente se admite el recurso, la vista podría coincidir con el 30 aniversario de este doble crimen sin resolver
El principal sospechoso del doble crimen del Cash Record acude al juzgado en Lugo. / EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)
Lugo
Aún han de pasar seis meses, probablemente finales de este año o principios de 2024, para conocer sí el Tribunal Supremo admite o no el recurso de las familias del doble crimen del Cash Record, en el polígono industrial de O Ceao, en Lugo.
Es el plazo en que habitualmente se mueve el alto tribunal para aceptar o no dicho recurso que se presenta contra la sentencia absolutoria, de la Audiencia Provincial de Lugo, al principal sospechoso del doble crimen, un hostelero que reside ahora en Burgos y que contaba con un bar en el centro de la ciudad amurallada en el año 94.
La hermana de una de las víctimas, Isabel López, ha puntualizado que les dijeron “como mínimo seis meses, pero ya estamos acostumbrados a esperar”, se resigna.
Se apresura en aclarar que “los seis meses es para saber sí lo admiten o no, con esto no vamos a saber nada, aunque sí lo aceptan (el recurso) habrá que realizar otros trámites”. “Tenemos que esperar y no adelantar acontecimientos”, suelta la hermana de Elena López.
Seguidamente confiesa que los tiempos de la justicia “son desesperantes”, a lo que hay que añadir la huelga de funcionarios de la administración de justicia que finalmente fue desconvocada días pasados y que ha ralentizado prácticamente todos los operativos judiciales.
“Siempre se retrasa, por una razón o por otra. Espero que no sea porque es nuestro caso, sino que es así en cualquier proceso judicial que se acometa. Vamos a esperar”, concluye Isabel López.
Sí finalmente el Supremo admite el recurso, la vista podría coincidir con el treinta aniversario de este doble crimen, en abril de 1994 se cumplirán los treinta años de un caso aun por resolver.
Fue la propia Isabel López la que se topó con los cadáveres de su hermana, que era cajera en el Cash Record, y de Estebán Carballedo, que era reponedor, en la nave de la empresa minorista en O Ceao. Habían sido abatidos a tiros y el autor o autores se habrían llevado la recaudación de ese día de cerca de los cinco millones de las antiguas pesetas.
