Ana Baneira: "Te obligas a pensar que te van a liberar, pero no sabes cuándo"
Afirma que no estuvo en ninguna protesta aunque la detuvieron erróneamente como participante en las movilizaciones por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini"
A Coruña
Ana Baneira ha realizado sus primeras declaraciones a los medios de comunicación tras ser liberada después de permanecer detenida en Irán durante meses. La joven de 25 años, vecina de A Coruña, ha explicado que fue detenida en una gasolinera, cuando se dirigía en coche hacia la ciudad de Persépolis acompañada por un iraní sin que le comunicaran en un primer momento los motivos del arresto. La detención se produjo bajo la acusación de participar en las protestas por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini y tras 138 días en prisión fue liberada el pasado sábado. El lunes llegó finalmente a su hogar, en A Coruña, en un vuelo procedente de Ginebra. Ha señalado que no participó en ninguna protesta.
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Previamente a su detención había solicitado un visado a la oficina de migración para quedar más tiempo en Irán. Llevaba ya un mes viajando por el país como mochilera. Pasó por dos cárceles "Te obligas a pensar que te van a liberar, pero no sabes cuándo", ha dicho. Ha explicado las circunstancias de su detención.
"Estábamos repostando en la gasolinera y de repente se metió en el coche la policía. Me detuvieron, me metieron en otro coche y ahí fuimos directamente a una sala de interrogatorios", ha señalado Baneira, que ha contado que el arresto se produjo el día 12 de octubre, cuando llevaba viajando "aproximadamente" un mes por ese país.
No se considera activista porque le parece "irrespetuoso" que la llamen así. Considera que hay activistas "de verdad que están haciendo un gran trabajo". Asegura que cuando entró en Irán, en septiembre, no había "ningún tipo de protesta" ni "se veía venir nada".
Dice que está "superfeliz" tras su regreso a casa, con su familia agradecida por el trabajo realizado para su liberación y confiada en que también se logre la del otro español retenido en el país, Santiago Sánchez.
Antes de llegar a Irak visitó Turquía, Georgia y Armenia. Pensaba ir a la capital de Azerbaiyán, pero estaba cerrada la frontera por tierra y decidió bajar a Irán. Ha destacado la hospitalidad de los iraníes. Señala que volvería a ese país "si me prometen que no me van a detener".