Coppereplace, el proyecto que reducirá el cobre en viticultura
Este desarrollo en el que participa la Uvigo finaliza con alternativas al uso del cobre como fungicida
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Claire Allzeit
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13 socios de Francia, Portugal y España, entre los que se encuentra un equipo de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Vigo, han desarrollado durante dos años el proyecto Coppereplace, centrado en la busca de alternativas para reducir el uso de cobre como fungicida en viticultura y su impacto ambiental. La iniciativa, destacan desde la organización, cierra ahora su actividad “con resultados prometedores” y marcando “un antes y un después” en este reto “esencial” para los viñedos europeos. Así, subrayan, se consiguió “una gran aproximación a soluciones integradas y sostenibles por medio de métodos de producción respetuosos con el medio ambiente”.
1,6 millones de presupuesto
La Plataforma Tecnológica del Vino lideró este proyecto, que arrancó en noviembre de 2020 y en el que participaron además de la Universidade de Vigo, la Associaçao para o Desenvolvimento da Viticultura Duriense o el Institut Français de la Vigne et du Vin, entre otros.
Por parte de la UVigo ha participado el área de Edafología y Química Agrícola, del Grupo de Investigación Planta, Solo e Aproveitamento de Subprodutos BV1, con sede en la Facultad de Ciencias del campus de Ourense, siendo David Fernández Calviño su investigador principal en Coppereplace.
El proyecto, cuyo título completo es "Desarrollo e implementación integral de nuevas tecnologías, productos y estrategias para reducir la aplicación de cobre en viñedos y remediar suelos contaminados en la región Sudoe", contó con un presupuesto de 1,6 millones de euros, recibiendo una financiación de casi 1,17 millones de euros por parte del Programa de Cooperación Territorial Europa Suroccidental (Interreg Sudoe), a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Menor pH, mayor riesgo de daños ambientales
El equipo de la Universidad de Vigo fue responsable del grupo centrado en la identificación de suelos vulnerables a la contaminación por cobre, analizando en total diez suelos diferentes en función de su pH y contenido en materia orgánica. Este trabajo se enmarcó y dio continuidad a la línea de investigación del área de Edafología y Química Agrícola de la UVigo centrada en los impactos de la aplicación de fungicidas de base cúprica sobre la calidad de los suelos de viñedo. Entre los resultados alcanzados en Coppereplace, David Fernández Calviño subraya que se identificó “que la vulnerabilidad del suelo de viñedo a la contaminación por cobre es mayor cuanto menor es el pH del suelo”. También destaca entre las conclusiones del trabajo realizado desde la UVigo que “por encima de pH 7, los efectos del cobre sobre la biota del suelo se redujeron significativamente” y que “los riesgos de que el cobre acumulado en los suelos de viñedo cause impactos sobre los organismos del suelo o que contamine las aguas del entorno de los viñedos es mucho mayor en suelos ácidos que en los neutros y alcalinos”. La investigación también permitió concluir que “el uso de bioabsorbentes que incrementen el pH y contenido en carbono del suelo, pueden ayudar a reducir los impactos del cobre sobre la biota del suelo”.
Más resultados
Entre los resultados más relevantes de los demás grupos de trabajo de Coppereplace, estuvo la presentación de productos potencialmente alternativos al cobre y una guía para su implementación sostenible o el desarrollo de una nueva patente que “permitirá una mejor disposición y retención en la superficie de las plantas”. Concretamente, Caroline Gouttesoulard, investigadora en protección de la vid del Institut Français de la Vigne et du Vine, presentó en la jornada de cierre los ensayos técnicos realizados en campo y laboratorio para evaluar productos alternativos al cobre como agente de control de las enfermedades de la vid. Así, indicó que algunos de los productos que mejor respondieron fueron planteamientos alternativos al cobre, como el gluconato de cobre (Glucosei) y el sulfato tribásico (Vicure) y reflexionó sobre la necesidad de continuar con este proyecto para comparar y tener “datos más sólidos”. Por su parte, a Universitat Politècnica de Catalunya, representada en la jornada de cierre por el catedrático Emilio Gil, lideró la actividad técnica centrada en la optimización de la distribución en spray de fitosanitarios concluyendo que el empleo de tecnologías innovadoras conjuntas (como el uso de mapas de vigor NDVI y las dosis variables segundo el desarrollo vegetativo de la planta o el empleo de microcápsulas), pueden ayudar a ahorrar producto (un 25%) y agua (un 20%) en las aplicaciones para el mismo nivel de control, traduciéndose “en un beneficio económico y ambiental”.
Antonio Graça, director de I+D+i de Sogrape Vinhos SANA, presentó el trabajo realizado en desarrollo e implantación de un sistema de gestión integrada con dosis bajas o nulas de cobre, adaptado a las condiciones de cada cultivo. Así, señaló que, aunque el cobre sigue siendo esencial para la protección de la vid, puede ser posible reducir sus dosis y que el gluconato de cobre en asociación con aceite esencial de naranja mostró resultados prometedores en situaciones de presión moderada de mildiu (resultados que, dijo, no pueden extenderse a todos los escenarios climáticos, reforzando la importancia del contexto a la hora de definir una estrategia de protección fitosanitaria). Del mismo modo, Cátia Santos, responsable del área de economía circular de la Associaçao para lo Desenvolvimento de la Viticultura Duriense, explicó las actividades de evaluación del impacto económico, ambiental y social de las noticias técnicas de reducción del cobre en los viñedos realizadas en Coppereplace. Las encuestas hechas, indicó, concluyen que “con las nuevas tecnologías aplicadas se observa una optimización de la aplicación, menos pérdida de producto y menos contaminación”, añadiendo que la reducción del cobre se observó hasta en un 40% y podría llegar a un 60% con técnicas de precisión. Por último, Mario de la Fuente, gerente de la Plataforma Tecnológica del Vino, puso en valor la red de conocimiento creada alrededor de esta iniciativa dentro del sexto paquete de trabajo y de la que forman parte 26 entidades de carácter técnico y político de los tres países participantes.