Sociedad

Adif consideró que la atención de los maquinistas era suficiente para mitigar el riesgo

El responsable de seguridad del Noroeste declaró que no tomaron medidas adicionales en A Grandeira porque en otras curvas similares en España no había habido accidentes

El gerente del área de seguridad en la circulación de la zona noroeste de ADIF, Fernando Rebón, a su llegada este jueves para testificar en el juicio del Alvia que se está celebrando en Santiago de Compostela. EFE/ Xoán Rey / XOÁN REY (EFE)

Santiago de Compostela

Con cada sesión que pasa del juicio del accidente del Alvia van quedando claras más cuestiones. Aunque la curva se ajustaba a la normativa, no estaba preparada para una distracción de calado, y no había mecanismos para frenar el tren. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias no consideró este riesgo, y no consideró que la curva de A Grandeira fuese más peligrosa o requiriese mayor protección que otras de España en las que no hubo siniestralidad.

Son algunas de las claves de la 15ª jornada de este juicio, en la que los testigos pusieron el foco en el despiste del maquinista y en su responsabilidad en el siniestro. De hecho, Adif consideraba suficiente la atención de los conductores para mitigar el riesgo. Nadie se planteó una distracción tan importante como la de Francisco José Garzón, que fue una de las causas del accidente.

Fernando Rebón, responsable de seguridad en el Noroeste, subordinado de Andrés Cortabitarte, declaró que Adif no había detectado riesgos y que consideraban que la curva era segura. Por eso no se tomaron medidas adicionales, ya que "se asumían o se controlaban los riesgos exactamente igual que en la red, donde había casos similares y no había accidentalidad".

Por tanto, toda la responsabilidad quedaba en manos del maquinista. A este respecto comentó que "era una situación asumida en el sector de que la seguridad estaba suficientemente controlada dejando en el maquinista la regulación de la velocidad, que es su principal función cuando va en el tren".

Así pues, puso en la diana a Francisco José Garzón, porque entiende que el riesgo estaba "controlado suficientemente si el maquinista circula mirando hacia adelante, con las condiciones que se le exigen, que no son sobrehumanas. El sistema no está preparado para que se circule fuera de la realidad, durante minuto y medio, a esa velocidad".

También cargó contra el jefe de maquinistas, Iglesias Mazaira, que en su momento alertó de las carencias de seguridad en la curva. Dijo que no fue lo suficientemente insistente, toda vez que decidió no ir más allá cuando desde Renfe se le transmitió que el asunto no se iba a tratar. Según Rebón, tendría que haber "tocado otras puertas" y acudir a las comisiones de seguridad. Esta misma semana, otro testigo comentó que Cortabitarte había ordenado años antes la eliminación de las comisiones mixtas entre Renfe y Adif.

Este jueves también declararon otros dos testigos, sobre cuestiones relacionadas con análisis de riesgos. Emilio Martín Lucas, que formó parte de la Comisón de Investigación de Accidentes Ferroviarios (un nombramiento que fue impugnado por la plataforma de víctimas), comentó que "a nadie se le ocurrió pensar en una distracción" de cien segundos.

 
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