La vida sigue igual sin Coudet
La fragilidad defensiva volvió a costarle una derrota al Celta en el estreno de Carvalhal
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VIGO (PONTEVEDRA), 05/11/2022.- El delantero del Celta Gonçalo Paciencia (d) cae ante Unai García, de Osasuna, durante el partido de Liga en Primera División que disputan este sábado en el estadio de Balaídos, en Vigo. EFE/Salvador Sas / Salvador Sas (EFE)
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Vigo
Como ha ocurrido con los anteriores cuatro cambios de entrenador, Carlos Carvalhal se estrenó en el banquillo del Celta con una derrota, en este caso ante Osasuna por 1-2. El equipo siguió mostrándose muy débil en las dos áreas y con una falta de creación de juego alarmante en el centro del campo.
El nuevo técnico celeste apostó de inicio por un 4-4-2 con un doble pivote formado por Beltrán y Óscar y recuperando a Cervi como extremo. Sin embargo, el plan dejó pronto dudas en el sistema defensivo. En el minuto 8, Chimy Ávila recibió un pase en el borde del área y tuvo tiempo para pensar y realizar un disparo imparable que entró pegado al poste. A pesar del mazazo inicial, los de Carvalhal no se vinieron abajo y comenzaron a generar ocasiones. Dentro del área, Javi Galán envió alto un magnífico pase de Aspas y poco después una falta botada por Cervi salió rozando el palo tras tocarla el portero visitante.
La insistencia tuvo premio en el minuto 19. Cervi puso un gran pase al punto de penalti a Aspas, que enganchó un tiro que pegó en el larguero y botó dentro de la red. Pese a la buena reacción, Osasuna volvió a marcar en su segunda llegada clara. Ávila anotó tras cabecear desde una posición muy complicada un centro y mandar el balón junto al palo izquierdo. El segundo tanto rojillo sí que hizo mucho daño al Celta, que no supo reaccionar en el resto de la primera parte ni tampoco en buena parte del segundo acto.
Ante la falta de ideas, Carvalhal apostó por la hora de juego por meter a Paciencia y Swedberg, que debutaba con la camiseta celeste. Aunque ambos mejoran las prestaciones de Larsen y Carles, no fue suficiente para que los vigueses generasen ocasiones de gol. Llegaba con más peligro Osasuna, que tuvo en un cabezazo de Budimir el 1-3. El partido pudo cambiar tras una mano dentro del área de David García que el colegiado Figueroa Vázquez señaló como penalti, pero que tras llamarle el VAR, cambio su decisión.
En el tramo final, el Celta fue un quiero y no puedo: lento, previsible y sin profundidad por bandas. Se sigue notando que hay jugadores en un mal momento de forma como Javi Galán, Beltrán u Óscar, al que se le vio perdido en el doble pivote. El nuevo entrenador tiene mucho trabajo por delante y también necesita fichajes para revertir esta mala situación. En caso de puntuar el Sevilla en el Benito Villamarín, el cuadro vigués jugará en Vallecas el jueves estando en puestos de descenso.