Galicia reclama a Sanidad cambios en los criterios de la formación MIR que permitan acreditar más plazas formativas de medicina de familia
La Xunta reclamará mudar los criterios que impiden formar nuevos profesionales en más del 70% de los centros de salud de Galicia
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Médico / Getty Images / jose carlos cerdeno martinez
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Vigo
La Xunta de Galicia reclamará al Ministerio de Sanidad reformas en la normativa reguladora de los requisitos de acreditación de unidades docentes de atención familiar y comunitaria que faciliten la creación en Galicia de más plazas formativas de medicina de familia y abordar de este modo el déficit de especialistas que sufre toda España. Así lo acordó el conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, en una reunión mantenida esta mañana con los jefes de estudios de las unidades docentes de medicina familiar y comunitaria de las siete áreas sanitarias.
En esta reunión, a la que también asistió el gerente de la Agencia de Conocimiento en Salud (ACIS), Antonio Fernández-Campa, se llegó la un consenso sobre el contenido del documento con el que la Consellería de Sanidad dará respuesta a la solicitud efectuada por el Ministerio de Sanidad de propuestas de requisitos de acreditación de las unidades docentes *multiprofesionais de atención familiar y comunitaria.
En el documento que se remitirá al Ministerio de Sanidad, la Xunta de Galicia insiste en la necesidad de mudar los criterios que se exigen actualmente para que un centro sanitario pueda acoger residentes de medicina de familia, de manera que puedan acceder a eslabón a mayor parte de los centros gallegos, actualmente excluidos por la rigidez de la normativa vigente.
Actualmente solo 100 de los más de 450 centros de salud gallegos pueden cumplir con los requisitos de acreditación fijados por el Ministerio, lo que impide a más del 70% de los centros de primaria participar en la formación de residentes.
El gobierno gallego considera incomprensible el mantenimiento de estas limitaciones en un contexto de escasez de especialistas de medicina de familia que requiere incrementar la formación de nuevos profesionales, por lo que demandan medidas que lo posibiliten.
Así, se insta a reducir la exigencia de que los centros que opten a formar residentes de medicina de familia deban tener un mínimo de cuatro efectivos de medicina de familia y cuatro de enfermería, considerando que tal criterio perjudica especialmente la comunidades con población dispersa como la gallega, en las que la cercanía asistencial lleva a la existencia de un gran número de centros de salud más pequeños.
En ese sentido, se proponen también que la exigencia de pediatría allí donde el residente realice su formación no se limite al centro a lo que este formalmente adscrito sino que se permita que el aprendizaje de campo relacionada con esta especialidad pueda llevarse a cabo mediante rotaciones en otros centros de salud distintos de la mismo área.
También se traslada una propuesta semejante en relación a los requisitos exigidos a los dispositivos hospitalarios asociados la esta formación, aspirando la que buena parte de la misma pueda realizarse en los hospitales comarcales, organizando rotaciones en los hospitales de cabecera de área solo con motivo de aquellas actividades asistenciales no disponibles en los comarcales.
En resumen, las propuestas van en la línea de optimizar la capacidad formativa de la red sanitaria pública gallega, evitando que centros de atención primaria y hospitales comarcales, que podrían ofertar formación a residentes en medicina de familia, queden excluidos. La inclusión de la capacidad de estos centros que ahora quedan fuera del proceso formativo por la rigidez de los requisitos permitiría ampliar el número de residentes de esta especialidad que el sistema sanitario gallego puede formar anualmente.