El GES del Val Miñor cierra por falta de personal, debido a acoso y estrés
De los trabajadores de baja, al menos tres lo están, según Pereira, por las situaciones de estrés a las que los someten el acoso de sus propios compañeros.
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Casa consistorial de Nigrán. / Google Maps
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Vigo
Los ciudadanos y visitantes del Val Miñor se quedaron ayer, jueves, sin la protección que brinda el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES), el cual se vio obligado a cerrar sus puertas por falta de personal, mientras que este viernes está abierto pero con un único efectivo.
La delegada sindical de la CIG, Rosa Pereira, que se ha manifestado esta mañana a las puertas del Ayuntamiento de Nigrán -que con Gondomar y Baiona forman la mancomunidad- ha explicado a Efe que "están seis trabajadores de baja" de los trece que conforman la plantilla.
De los trabajadores de baja, al menos tres lo están, según Pereira, por las situaciones de estrés a las que los someten el acoso de sus propios compañeros.
Pereira habla de amenazas de muerte, de acoso a través de las redes sociales y de vejaciones que, en su caso, está segura que ocurren “por ser mujer”, ya que algunos compañeros no aceptan que desarrolle un trabajo que consideran es para hombres.
“Lo tengo clarísimo por el tipo de comentarios y amenazas que recibo, pero dos personas no van a conseguir que me vaya de este puesto de trabajo en el que llevo 25 años”, asegura.
Lo que también tiene claro es que no se puede desarrollar con la eficiencia requerida un trabajo como el suyo si durante una intervención en un incendio, por ejemplo, el encargado de guardar las espaldas es el mismo que te amenaza de muerte.
Los trabajadores del servicio llevan manifestándose todo el verano, conscientes de que protegen una zona turística cuya población se multiplica por tres en el periodo estival, para que se dé solución a este problema, que según Pereira lleva años enquistada.
Pereira subraya que corresponde a la mancomunidad, que este año preside el Ayuntamiento de Nigrán, actuar, tal y como exige Inspección de Trabajo, a donde llevaron el caso los trabajadores presuntamente acosados, entre ellos la propia Pereira.
“Se hizo una comisión de acoso y ésta indica que tiene que abrirse un expediente y eso no se está haciendo. Y eso es lo que pedimos, yo quiero volver a ir a trabajar, pero quiero hacerlo con seguridad para mí y para las personas a las que voy a atender. Nosotros lo único que queremos es que se cumpla la ley para poder ir a trabajar seguros”, sostiene.
La preocupación por la situación dice compartirla el Ayuntamiento de Nigrán, cuyo alcalde, Juan González, reconoce que “hay un problema de supuesto acoso”, tal y como señaló Inspección de Trabajo, y que el Concello lo que ha hecho es llevar el asunto a los juzgados, que ya ha llamado a declarar a algunos de los implicados.
“Siendo un caso tan complicado y tan sensible como este, quien tienen que tomar cartas en el asunto es la justicia, y si considera que esos informes de la Inspección de Trabajo son lo que aparentemente son, que tome las medidas oportunas y nosotros, por supuesto, las asumiremos”, explica a Efe el regidor.
En cuanto al expediente interno que reclama tanto Pereira como Inspección de Trabajo, el Ayuntamiento se ha encontrado con el obstáculo de que ningún funcionario quiere asumir la causa, de la que también se ha desentendido la Diputación de Pontevedra, a la que el Concello pidió ayuda, aunque espera poder abordarlo próximamente.
Los sindicatos se quejan también de que no existe una bolsa de trabajo de la que tirar en situaciones críticas como las de ayer, que dejan a la ciudadanía sin protección, y el alcalde reconoce que los trabajadores del GES “son pocos y están cuatro de baja”, pero afirma que “la bolsa de trabajo está abierta” y que se hicieron sustituciones el mes pasado.
Este problema interno entre el personal puede dejar vendidos a los ciudadanos, ya que en caso de emergencia es necesario recurrir a los Bomberos de O Porriño o de Vigo, que por la distancia a la que se encuentran se demoran en llegar para intervenir en situaciones críticas en las que cada minuto cuenta, afirman los sindicatos.
Mientras, el Ayuntamiento de Nigrán, aunque reconoce el problema, le resta algo de dramatismo al recordar que cuenta con una brigada de apoyo propia compuesta por cinco bomberos y dispuesta a actuar “si hubiera una necesidad”.