Pantín Classic, las olas ya arden en la catedral del surf

Valdoviño

Aquella primera edición, en 1988, se celebró en septiembre y detrás del sueño estaban dos pioneros del surf en España, Vicente Irisarri y Carlos Bremón. El Pantín Classic es ahora Abanca Pantín Classic Galicia Pro, se lleva a cabo en julio y ha dado sus primeros pasos este sábado.

Lo ha hecho en un contexto plenamente veraniego, con la comarca de Ferrol en general y la playa de Pantín en particular, la fábrica de olas del municipio de Valdoviño, por encima de los 30 grados.

"Fue una declaración de intenciones que le pusiesen Pantín Classic, ya sabían que iba a ser un clásico", estima sobre los primeros promotores Andrés Otero, miembro del comité organizador, engarzado con la delegación española de la World Surf League. Asegura que a este "evento longevo" viene un público conocedor de su repercusión.

El nativo, por lo pronto, sabe del "arraigo muy grande en la comarca", de su "impacto; lo vive en primera persona, se nutre la comarca de visitantes de todo el mundo". Como anécdota, comenta que en la gasolinera inmediata al casco urbano de Valdoviño "se dan cuenta estos días de que la gente es de fuera".

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El Abanca Pantín Classic Galicia Pro enciende la llama con su prueba gallega y la de surf adaptado, que se prolongarán hasta el lunes. En el primer caso, ofrece dos plazas para hombres y otras tantas para mujeres en la competición principal, en marcha desde el próximo martes y hasta el 17 de julio y que congregará a unos 150 surfistas, entre los mejores del planeta.

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Otero valora sobre el surf adaptado, que llega a su tercera edición, el incremento de inscripciones y de los países representados. Si en 2021, todavía con restricciones sanitarias, se contó con deportistas de Portugal o Alemania, esta vez ya proceden también de Estados Unidos o Brasil. "Va a ser muy vistoso, es un colectivo que nos encanta visibilizar", manifiesta.

Apuesta por pulverizar el último registro de 100.000 visitantes y "volver a celebrar la vida". Tablas, olas e incondicionales en su balcón privilegiado a un mar indomable que peina Yago Barreto, de la World Surf League en España.

Desprende las "ganas de normalidad", la "ilusión" por ver en acción ya desde este fin de semana a los "grandes inscritos internacionales en surf adaptado; se percibe esa superación, el año pasado tuvieron un oleaje donde muchos surfistas de a pie igual no se echaban".

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Un deporte con reflejo en la economía de la zona gracias a un "turismo muy cuidadoso" con abundancia de "matrículas extranjeras" en las furgonetas, caravanas y coches que pueblan el entorno. Una ciudad erigida en sintonía con el medio que será desmontada con precisión de cirujano cuando el sol se oculte el 17 de julio.

Hasta entonces, naturaleza y diversión se dan la mano en la costa más virgen de las Rías Altas.