La "receta única" del pulpo de Mugardos se vuelve a vestir de fiesta

Mugardos

El cefalópodo es "una seña de identidad", toda una marca de cara al exterior, incluso en su proyección turística. La villa marinera de Mugardos, a la que es posible acceder en período estival en una histórica lancha desde el puerto de Ferrol, al otro lado de su ría, ha recuperado este sábado su Festa do Polbo y lo ha hecho alcanzando una cifra redonda.

Su trigésima edición ha sido la del retorno tras el parón sanitario, aunque la organización ha apelado a la precaución. Corre a cargo del Concello, cuyo alcalde, Juan Domingo de Deus, afirma que el evento "moviliza absolutamente a todo" el consistorio, tanto personal de servicios como de emergencias, entre otras áreas.

Están todos "volcados" para seguir afianzando una cita que empezó "como vecinal, de una asociación, y se fue convirtiendo" en un emblema. Habla de una "receta especial y única para guisar el pulpo"; aquí no es "á feira", el pimiento o la cebolla son dos de sus elementos diferenciales.

Un festejo que fue adquiriendo "mayor envergadura" y que en una jornada con sol y más de 30 grados en la zona apuntaba a una afluencia de unas 15.000 personas. "Forma parte de la agenda más allá de la comarca, es un estilo de hacer las cosas", subraya el regidor.

No ha sido sencillo llegar hasta aquí, el gobierno local tuvo que variar su desarrollo "desde hace meses" porque la situación por la covid-19 "ha variado". Por ello, De Deus justifica que el Concello quiso que el público pudiese "comer de una manera sosegada, sin tener masificación".

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Si antes de 2020 las estampas en la fachada marítima y en su casco urbano eran de aglomeraciones festivas, ahora se ha apelado a que la "gente pueda comer sin un apuro excesivo" y escalonar "franjas de un máximo de 650 personas" en una carpa dividida en dos áreas. Hay que reservar el turno preferido, se cuenta con "una hora para comer".

Bajo la premisa de "comer con cierta tranquilidad y tener un servicio mejor", es día grande en Mugardos, que habitualmente saluda al verano con la Festa do Polbo. Es día de colas en la hostelería, "incluso la salvación del año", apostilla el alcalde.

Suena la música en las calles y la edil de Cultura, Begoña Roldós, comenta que la "gente está contenta con esta fiesta tan nuestra; pretendemos hacerla divertida, pero segura". Las raciones, por 10 euros, se sirven desde la una de la tarde, pero casi dos horas antes se estrenó la figura del pregonero.

El elegido, el actor Xosé Antonio Touriñán, que se ha asomado al balcón de la casa consistorial para incitar al buen comer, al que también invita un pulpo con nombre, Pepe, guía del público infantil, que cuenta con su propio programa de actividades. En su receta diferencial o en empanada, uno de los reyes del mar vuelve a ajustarse la corona en la villa del pulpo.