Mikel, víctima de abusos sexuales en la Iglesia: “Dormía con un palo para defenderme”

Bilbao

Mikel Eziolatza llegó en el año 1980 al colegio Padres Reparadores de Puente La Reina (Navarra). Venía de Vitoria, donde vivía con su familia. "Mis padres se acababan de separar y decidieron llevarme interno", ha explicado en A vivir que son dos días Euskadi. "Los gestos cariñosos por parte del padre Basilio, responsable de la enfermería, comenzaron enseguida". Al principio, no fue capaz de poner nombre a lo que le ocurría, tan solo tenía 11 años. Pero "ya cuando te meten en su cama saltan todas las alarmas y te das cuenta de que algo no es normal. Algunas caricias que te hacen por aquí y por allá... Cuando acababas en la enfermería y despertabas a mitad de la noche y había aparecido el enfermero por allí no sabías muy bien qué pasaba", cuenta.

En el caso de Alfonso Ruiz de Arcaute, también de Vitoria, los abusos comenzaron en una parroquia de su ciudad. Era también la década de los 80 y él tenía 13 años. "Te va dando confianza, se va convirtiendo en una persona de referencia, empieza a tratarte con mucho cariño, te hace sentir importante y, poco a poco, va avanzando en esos abusos, en esas agresiones sexuales. Con 13-14 años no sabes muy bien qué es eso, qué está pasando. Me preguntaba: ¿Eso es lo normal? ¿Soy yo? ¿Es mi culpa?"

"Todos lo sabían"

Las de Mikel y Alfonso son tan solo dos de las decenas de historias que la directora de cine navarra Iratxe Pérez Barandalla recoge en el documental "Todos lo sabían", que acaba de estrenarse. "Estamos rompiendo la ley del silencio", ha explicado en Cadena SER.

Para mi sorpresa, había más compañeros que estaban sufriendo lo mismo

—  Mikel Eziolatza

Un día Mikel logró escapar de aquel internado y "volví a dedo a mi casa en Vitoria". Antes, fue capaz de compartir con sus compañeros lo que le hacían. "Cuando estabas enfermo te aislaban en una planta que era la enfermería y, cuando ya conseguí salir de allí y fui con mis compañeros, yo les conté lo que me había pasado y, para mi sorpresa, no era el único, había habido más casos de otros compañeros que habían sufrido lo mismo. Siempre solían ser las personas más débiles que estaban en el centro". Desde entonces, decidió dormir con un palo en su cama para poder defenderse.

Perdón y reparación

"Todos aquellos casos prescribieron", cuenta la directora navarra. Sin embargo, todos coinciden en que "el dolor no prescribe". El documental recoge testimonios, no solo de víctimas, también de psicólogos y otros expertos. Asimismo, cuenta con la participación de algunas personas del ámbito religioso, como el presbítero de la Diócesis de Bilbao, Carlos Olabarri. Al estreno en Navarra, acudió el arzobispo de Pamplona.

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Para el sacerdote Luis Alfonso Zamorano, "en la Iglesia tratan de empatar" con otros casos de abusos ocurridos en otros ámbitos. Y, apunta: "Está cometiendo abusos quien representa a la divinidad". "Para estas personas denunciar es volver a caer", en relación al trauma que vivieron y que arrastran desde hace medio siglo. Muchos de ellos padecen secuelas psicológicas y están en tratamiento. El solo hecho de contarlo y volver a revivirlo vuelve a abrirles aquellas heridas. Sin embargo, advierten, es necesario contarlo. Por eso, piden verdad, justicia y reparación.

El Defensor del Pueblo cifró en 57 los centros religiosos en Euskadi donde se registraron casos de abusos sexuales. La Diócesis de Bilbao ha abierto diversos expedientes por agresiones. La Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos Sexuales sigue recibiendo nuevas denuncias. Desde su creación en 2019, ha gestionado un total de 39 expedientes, de los cuales 27 ya han sido cerrados y 12 continúan en proceso. También colocó una placa en la Catedral de Santiago en memoria de estas víctimas. La Diócesis de Gipuzkoa cuenta con el programa Arduratuz de formación, obligatorio para sacerdotes y catequistas con el fin de prevenir abusos a menores.