El historiador y catedrático Antonio Rivera apunta las claves que posibilitaron la transición democrática

Los primeros años de la democracia en España no habrían sido posibles sin los movimientos vecinales y sociales, que jugaron un papel crucial en la lucha por las libertades. Así lo afirma el historiador y catedrático Antonio Rivera, quien entrevistado en Hora 14 Euskadi, ha subrayado que estos movimientos fueron “una escuela de ciudadanía” en un país donde la dictadura había convertido a los ciudadanos en "meros súbditos".

Rivera recuerda que, en ausencia de las libertades democráticas, los ciudadanos comenzaron a organizarse a través de asociaciones vecinales, movimientos sindicales y estudiantiles. Estos colectivos, a pesar de la represión, fueron "fundamentales" para recuperar la práctica de la ciudadanía activa. “Hacía falta disidencia y oposición, un reclamo por un ordenamiento democrático y la participación de la gente”, explica el historiador, quien destaca cómo estas luchas locales fueron el germen de una mayor movilización política. Según él, la transición no habría sido posible sin el sector reformista del régimen, "que buscaba sobrevivir a toda costa, y los nuevos agentes reformistas" que presionaron para que ocurriera.

Incapacidad del régimen

El movimiento obrero, los estudiantes y las mujeres fueron otros sectores clave durante aquellos años. Rivera menciona las protestas medioambientales y las demandas de control sobre los procesos reproductivos, que reflejaban un país en transformación. En este contexto, muchos de estos movimientos se politizaron debido a la incapacidad del régimen franquista para dar respuesta a sus peticiones.

A pesar de las nuevas narrativas que han surgido sobre la transición, Rivera defiende que este proceso no puede entenderse desde un solo punto de vista. Los acuerdos entre las élites reformistas y la presión de la calle jugaron un papel simultáneo en el avance hacia la democracia. De cara al futuro, el historiador destaca la relevancia de mantener viva la memoria de aquellos movimientos vecinales, como el que se conmemorará próximamente en Bilbao, para no olvidar su impacto en la transformación social de España.