Los paraguas con alma de la 'Paragüería Leoz'. La última paragüería de Bilbao
Lourdes Leoz, propietaria de la Paragüería Leoz de Bilbao, se ha asomado hoy a La Ventana de la SER
La última paragüería de Bilbao
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Bilbao
La Paragüería Leoz lleva abierta desde 1933 en la calle Belostikale del Casco Viejo bilbaíno es la última paragüería de Bilbao que subsiste únicamente a base de vender y arreglar paraguas. Un negocio de tercera generación al que el cambio climático y la competencia de productos de menor calidad pone en riesgo.
Lourdes Leoz es la propietaria y el alma de este comercio centenario y así lo ha demostrado en la entrevista que ha mantenido con Carles Francino en La Ventana. Una charla en la que Lourdes ha desmentido algunos mitos como el de que "a más varillas, mejor paraguas", una máxima que no siempre se cumple.
En este sentido, Lourdes insistía: "el pequeño comercio tiene que responder ante sus clientes por la calidad. Primero la calidad y luego la estética".
Definiéndose a sí misma como una "txotxola de los paraguas", Lourdes apuesta sin dudarlo por los colores alegres, "los días lluviosos son grises y hay que meterles color" aseguraba convencida.
Gran parte de la jornada Lourdes la pasa también en el taller, cuando la venta le permite alejarse del mostrador, y su labor allí va mucho más allá de arreglar una varilla. Se ha atrevido incluso con diseños o cambios en los pasadores.
Auténtica apasionada de los paraguas, Lourdes no duda en afirmar que "los paraguas tienen alma" por las historias que esconden detrás. De hecho, su paraguas preferido se lo regaló una clienta. Se lo había vendido su aitite en esa misma tienda y, al ingresar en una residencia, se le ocurrió regalárselo. Es un paraguas del que nunca podrí desprenderse.
Lamentando que este invierno en Bilbao no haya acompañado, ha llovido muy poco para lo que estamos acostumbrados en el botxo, Lourdes es consciente de que su comercio, la última paragüería de Bilbao, tiene los días contados, ninguno de sus dos hijos va a seguir sus pasos y el cambio climático y la competencia de productos orientales lo ponen cada vez más difícil, pero de momento, ella no piensa en jubilarse, sus clientes no le dejarían.
