Uno de cada tres vascos considera que las personas migrantes no favorecen el desarrollo económico
El último barómetro de Ikuspegi refleja que la mayoría de la sociedad vasca mantiene una visión positiva de la inmigración, aunque aumenta la polarización en las opiniones

Presentación del Barómetro Anual sobre Percepciones y actitudes hacia la población de origen extranjero. De izquierda a derecha: Aitziber Mendiguren, vicerrectora de Coordinación y Compromiso, Nerea Melgosa, consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco, y julia Shershneva, directora de Ikuspegi. / Cadena Ser

La visión de la ciudadanía vasca sobre la inmigración vuelve a los niveles previos a la pandemia y la guerra de Ucrania, según el último Barómetro Anual del Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, presentado este miércoles en Bilbao. El estudio confirma que la mayoría de la sociedad considera la inmigración un fenómeno estructural y valora su aportación al desarrollo económico, aunque también refleja un aumento de la polarización en las opiniones.
La crisis sanitaria y la guerra de Ucrania generaron en su momento una ola de solidaridad excepcional, pero ahora las actitudes han regresado a una tendencia estable. La mayoría de la población cree que la inmigración seguirá en aumento en los próximos años, aunque no la percibe como un problema prioritario. De hecho, cuestiones como el acceso a la vivienda, la sanidad o la subida de precios preocupan mucho más.
El informe también destaca que la percepción positiva de la inmigración se mantiene fuerte en Euskadi, donde dos de cada tres personas consideran que la población extranjera contribuye a la economía y es esencial en sectores clave. Sin embargo, el estudio advierte sobre la persistencia de estereotipos y prejuicios, lo que apunta a la necesidad de seguir trabajando en políticas de integración y convivencia.
El estudio también refleja la división de opiniones sobre los menores extranjeros no acompañados. Mientras que un sector de la sociedad cree que deben ser atendidos hasta un cupo determinado, otro grupo defiende su retorno al país de origen y un tercero apuesta por garantizarles recursos adecuados para su acogida.
Los datos muestran una Euskadi cada vez más polarizada en materia migratoria, con un grupo mayoritario que se declara tolerante, otro que mantiene una postura ambivalente y una minoría que rechaza la llegada de personas extranjeras.