Carlos Díaz Arcocha: ETA mata al primer jefe de la Ertzaintza
El capítulo 67 de ‘La ventana de la memoria’ recuerda al militar con su hija Teresa Díaz Bada

Capítulo 67 | Carlos Díaz Arcocha: ETA mata al primer jefe de la Ertzaintza
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Vitoria-Gasteiz
El capítulo 67 de 'La ventana de la memoria' rinde homenaje al militar y primer jefe de la Ertzaintza Carlos Díaz Arcocha, asesinado por ETA el 7 de marzo de 1985. Ese día, Díaz Arcocha se detuvo a desayunar, como solía, en el bar de la gasolinera de Elorriaga, a las afueras de Vitoria y muy cerca de la Academia de la Ertzaintza en Arkaute. Mientras tomaba un café con leche, varios miembros de ETA colocaban en los bajos de su vehículo una bomba-lapa. Al salir del establecimiento y arrancar el coche, la bomba explotó, dejándole mortalmente herido. Falleció poco después en el hospital Santiago de Vitoria, a donde fue trasladado. Díaz Arcocha tenía 52 años, estaba casado y tenía cinco hijos.
Teresa Díaz Bada tenía 24 años cuando ETA asesinó a su padre, Carlos. De los cinco hermanos, salvo la mayor, todos vivían en la casa familiar. Teresa recuerda a su padre como "una buena persona, un padre estupendo, muy divertido, alegre, que transmitía siempre vitalidad, muy culto, entregado a su familia y una persona muy valiente". Díaz Bada opina que "él tenía claro que tenía un deber que cumplir y lo cumplió".
El bilbaino Díaz Arcocha era teniente coronel del Ejército español y fue designado en 1981 por el Gobierno vasco de Carlos Garaikoetxea como el primer jefe de la Ertzaintza. Las crónicas sobre el crimen reflejan esa dualidad. 'El Correo Español', por ejemplo, titulaba: "Primer ataque frontal a la Ertzaintza", mientras el desaparecido 'Egin' se decantaba por 'Muerto en atentado el Teniente Coronel Carlos Díaz Arcocha'. Para su hija "no hay razón ninguna que justifique su asesinato, ni el de tantos otros. Yo creo que era militar y que era una persona que se decía vasco y español y no tenía ningún inconveniente en decirlo, sin ningún complejo absurdo. Él era militar y ellos se escudaron en ello para matarlo, como dijo el periódico sectario 'Egin', pero yo creo que también representaba la creación de la Policía autónoma, que entonces exigía que fueran militares los mandos. Combinaba las dos cosas: el ser un buen profesional como militar y un vasco orgulloso de de su tierra, sin tener por eso que obviar que también era español".
El Correo Español
El Correo Español
Díaz Arcocha calificó la decisión de ponerse al frente de la Ertzaintza como "una aventura apasionante y arrebatadora", aunque su hija recuerde que estuvo rodeada de incomprensión por todas las partes. "Mi padre tenía mucha ilusión en crear una policía, como él decía, del pueblo para el pueblo, que fuera una policía muy cercana, pero por parte de algunos compañeros militares se le veía como excesivamente liberal. Incluso alguno le dijo que se iba a crear una policía paralela a la Policía. Y creo que, por parte del Gobierno vasco, también hubo incomprensión por gente más sectaria que veía mal lo militar".
El nuevo jefe de la Ertzaintza sabía que era un posible objetivo de ETA. La policía francesa le había advertido de que su nombre salía en documentación incautada a ETA, pero, pese a ello se quedó en Euskadi. "Aunque he sido amenazado, estoy aquí", declaró en su toma de posesión. Teresa piensa que "él vivía con la certeza de que podía ocurrir lo que tristemente pasó, su asesinato, pero tenía esa valentía y esa certeza personal de que estaba haciendo lo correcto y dio la vida por ello". Para su hija, "eso es lo que le convirtió, a él y a tantos otros, en auténticos héroes".
Se enteró por José María Calleja
El 7 de marzo de 1985, Teresa volvía del trabajo a casa "y al abrir la puerta me encontré a uno de mis hermanos abatido, llorando y me lo imaginé", recuerda sobre el asesinato de su padre, que después confirmaría por la llamada telefónica de un periodista "que luego me enteré que era José Mari Calleja".
Un detalle que refleja la crueldad que tuvieron que soportar fue la llamada que, tras el asesinato, recibió la madre de Díaz Arcocha. "Llamó una mujer y le dijo a mi abuela, que era una persona maravillosa, muy parecida de carácter a mi padre: '¿Tiene usted un hijo soldado en Vitoria?' Y mi abuela, se quedó sorprendida y le dijo: 'Soldado no. Es militar'. 'Pues lo hemos matado'. Eso fue lo que le dijo. Es el odio visceral, el fanatismo, la falta de conciencia, el haber sido educado en ese ambiente. Todos los que vivimos en el País vasco sabemos de lo que hablamos, porque desgraciadamente los hemos sufrido en las manifestaciones, con su 'ETA mátalos'. Están convencidos de que tienen la verdad absoluta, que ellos deciden por encima del bien y del mal, y, entonces, son capaces de hacer estas monstruosidades".
Youtube
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Teresa recuerda "mucha confusión, mucho dolor y mucha rabia, no solamente ese día. Y luego mucha tristeza, que ya nunca se te pasa, lo cual no quiere decir que vivas amargado ni con odio, pero se te queda ya instalada una tristeza permanente". Díaz Bada siente todavía esa tristeza y esa rabia "ante la injusticia de lo vivido, el ostracismo social, la indiferencia y la mala actuación del Estado de Derecho y de la Justicia".
El crimen del jefe de la Ertzaintza no ha sido judicialmente resuelto. "No hemos tenido justicia, porque cuando se detuvo al comando 'Xira', que le mató, y concretamente a uno de ellos, Ricardo Izaga, que estuvo ya en la cárcel por otro asesinato, el juzgado número 1 o número 4 no recuerdo no mandó esas cantadas y entonces, en aquellos años, no se pudo hacer justicia. Luego la Guardia Civil, en el 2021, recogió pruebas, una huella del asesino que puso la bomba en el coche, que era de Izaga, pero el crimen ya había prescrito. Y, además, el Gobierno vasco en el año 1987 encargó la investigación a Josu Guergue, un ertzaina que fue condenado por colaborar con ETA. Todo un cúmulo de connivencia y despropósitos, hace que tengas mucha rabia".
Teresa y su familia se arroparon mutuamente ante la falta de apoyo social, "que era nulo, cuando no había un señalamiento por tu condición de víctima, que es una victimización terciaria. A mí me han llegado a decir '¡Vaya show!' por salir en la tele dando testimonio". Ella fue una de las cofundadoras de COVITE en 1998, junto a Consuelo Ordóñez y Cristina Cuesta "porque las tres teníamos esa inquietud de que la voz de las víctimas del terrorismo se oyera". "Creo que la voz y la visibilidad de las víctimas incomodan muchísimo. Incomodan a los políticos; incomodan a los que siempre han sido tibios con los asesinatos; incomodan a los que no se posicionaban, que no quieren reconocer que pudieron hacer algo y no lo hicieron. Somos incómodas porque recordamos todo lo que se hizo mal".
ETA cruza una línea imaginaria
Carlos Díaz Arcocha fue el primer ertzaina asesinado por ETA. Después llegarían otros 14. 'La ventana de la memoria' analiza con el historiador José Antonio Pérez qué ocurrió en 1985 para que ETA cruzase ese línea imaginaria. Para Pérez, coordinador de la trilogía 'Historia y memoria del terrorismo en el País vasco' donde dedican un capítulo a 'ETA contra la Ertzaintza', "no hay un momento en el que se toma esa decisión. La historia de ETA está llena de de cruces, de esas líneas invisibles, la primera, el 7 de junio de 1968 (su primer asesinato, el del guardia civil Pardines). A partir de ahí es todo una especie de cruce del Rubicón continuo".

La trilogía 'Historia y Memoria del terrorismo en el País Vasco 1968-1981' / Cadena SER Euskadi

La trilogía 'Historia y Memoria del terrorismo en el País Vasco 1968-1981' / Cadena SER Euskadi
Para el historiador, aunque ETA argumentara el atentado apelando, sobre todo, a su condición de militar español "y, por lo tanto, de colaborador de la represión del País vasco, como decían", "a nadie se le escapa, que por su condición de superintendente de la Ertzaintza, hay también una idea o un objetivo por mostrar la vulnerabilidad de la Policía vasca". Recuerda cómo cuando esta nació tanto el lehendakari Garaikoetxea como su consejero de Interior aseguraban que con ella "ETA se iba a terminar". El asesinato a Díaz Arcocha "viene precedido de aquel famoso asalto y robo de las armas en la Diputación de Gipuzkoa y de la infiltración también de etarras dentro de la propia organización. De hecho, dos informantes fueron jugados aunque absueltos de dar los datos para que asesinasen a Díaz Arcocha".
Según Pérez, ETA fue poco a poco elevando cada vez más el listón, pero "matan a policías autónomos como podrían haber matado a más personas o a otros policías". "No es hasta el momento del asesinato de Joseba Goikoetxea, donde se produce ese objetivo deliberado de ir contra la Ertzaintza, porque, además, Joseba es el responsable del Servicio de Información y, en gran medida, del servicio que lucha contra ETA", concluye. "Efectivamente, acaban cruzando esa línea, pero es con el asesinato de Goikoetxea. El de Arcocha es, por así decirlo, la pérdida de la inocencia de la Ertzaintza y también, seguramente, de la propia sociedad vasca.
Atutxa: "Deben asumir la pesada carga de sus errores"
La reflexión final de este capítulo de 'La ventana de la memoria' corre a cargo del que fuera consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa. Concretamente es un extracto de su discurso en el homenaje que le tributó la asociación de ertzainas 'Mila Esker' el pasado noviembre en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. El que fuera consejero de Interior entre 1991 y 1998 advirtió entonces a la izquierda abertzale de que "mientras no asuma la pesada carga de sus errores, no podremos dar credibilidad a su remozado cartel".

Juan María Atutxa acompañado de Florencio Dominguez y Julio Rivero / CADENA SER

Juan María Atutxa acompañado de Florencio Dominguez y Julio Rivero / CADENA SER

Eva Domaika
Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...