La lucha de Tomi Sánchez por la accesibilidad en su edificio: "Llevo desde Nochevieja sin salir"
La futura reforma de la Ley de Discapacidad pretende eliminar barreras arquitectónicas y evitar que más personas queden atrapadas en sus hogares
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La lucha de Tomi Sánchez por la accesibilidad en su edificio: "Llevo desde Nochevieja sin salir"
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Bilbao
Tomi Sánchez, vecina del barrio de Betolaza en Bilbao, lleva meses sin poder salir de su casa. Vive en un cuarto piso sin ascensor, y su discapacidad funcional le impide bajar y subir las 100 escaleras que separan su vivienda de la calle. Su historia es un reflejo de los problemas que enfrentan miles de personas con movilidad reducida en España, atrapadas en sus hogares por la falta de accesibilidad en los edificios antiguos.
Algunos vecinos decían: 'Yo no quiero ascensor'. Otros sí lo queríamos, pero es que cuesta muchísimo dinero"
— Tomi Sánchez
La reciente aprobación en el Consejo de Ministros del anteproyecto para reformar la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad podría cambiar esta realidad. La nueva normativa eliminaría la necesidad de una mayoría de votos en las comunidades de vecinos para realizar obras de accesibilidad, como la instalación de ascensores. De aprobarse, Tomi y muchas otras personas con discapacidad podrían recuperar su independencia y calidad de vida.
Una espera que se alarga más de una década
El edificio en el que reside Tomi Sánchez fue construido en 1955 y, como muchos otros en Bilbao, no cuenta con ascensor. Hace más de 10 años, su comunidad de vecinos intentó aprobar la instalación de uno, pero la falta de consenso y los altos costes impidieron llevarlo a cabo.
Actualmente, el proyecto de instalación del ascensor ya ha sido presentado y se espera que las obras comiencen en 2026, una vez que el Ayuntamiento conceda los permisos necesarios. Sin embargo, la burocracia y la espera siguen siendo obstáculos para Tomi, quien sigue atrapada en su hogar.
La importancia de la reforma legal
Para Tomi y muchas otras personas con movilidad reducida, la futura reforma de la Ley de Discapacidad es una "esperanza". La nueva normativa eliminaría la actual exigencia de mayoría simple en las votaciones de las comunidades de vecinos para aprobar obras de accesibilidad.
Si bien en la actualidad existen ayudas y subvenciones para la instalación de ascensores, estas suelen ser insuficientes o tardan en llegar. "Lo que pedimos no es solo que se apruebe la ley, sino que el dinero de las subvenciones se adelante una vez iniciadas las obras", señala Tomi, consciente de que muchas familias no pueden afrontar el gasto inicial.
Miles de personas atrapadas en sus casas
El caso de Tomi no es aislado. En España, miles de personas mayores y con discapacidad viven en edificios sin ascensor, lo que les impide salir de sus casas de manera autónoma. Según datos del sector, aproximadamente un 25% de los edificios en el país siguen sin contar con ascensores, especialmente en barrios antiguos y en ciudades con una alta densidad de población.
Las barreras arquitectónicas no solo afectan la calidad de vida de quienes las sufren, sino que también pueden suponer un grave peligro. "Un día me caí en el descansillo y pensé que me había matado", recuerda Tomi, quien vive con el miedo constante de no poder recibir ayuda en caso de emergencia.
Una victoria personal y colectiva
Pese a las dificultades, Tomi se muestra optimista ante el avance de la reforma legal. "A mí ya me va a llegar tarde, pero me alegra saber que menos personas pasarán por lo que yo estoy pasando", afirma.
Cuando en 2026 el ascensor de su edificio sea una realidad, Tomi podrá volver a salir a la calle, recuperar su autonomía y vivir sin depender de otros para moverse. Pero su lucha no ha sido solo personal: su historia ha puesto sobre la mesa un problema que afecta a miles de personas y ha reforzado la necesidad de una legislación más justa e inclusiva.