Bizkaia, pionera en la atención integral a personas mayores con la Unidad de Fragilidad del Hospital de Gorliz
Esta unidad ofrece atención integral a pacientes mayores de 65 años, y está compuesta por un equipo multidisciplinar que incluye geriatras, fisioterapeutas o personal de enfermería especializado
Bilbao
La atención sanitaria a las personas mayores en Euskadi está experimentando un cambio significativo. Según la Estrategia Vasca con las Personas Mayores, en tres décadas, uno de cada tres residentes en Euskadi tendrá más de 65 años y la población mayor de 80 años se duplicará. La misma estrategia incide en fomentar su participación y autonomía, o lo que es lo mismo, destinar recursos y practicar una política de cuidados sociales y de larga duración. Osakidetza ya ha dado pasos firmes en esta dirección en Bizkaia. El Hospital de Gorliz ha implementado con éxito una Unidad de Fragilidad, un modelo pionero en Euskadi que ha demostrado su eficacia en estos últimos dos años. Cada mes, esta unidad atiende a 30-40 pacientes con un enfoque innovador y multidisciplinar centrado en la persona.
La principal novedad de esta unidad radica en su modelo de atención. No solo se abordan las enfermedades físicas, sino también los impactos psicosociales de los pacientes, una perspectiva global que marca un antes y un después en la asistencia sanitaria a los mayores. “Hasta ahora, la atención estaba en manos de internistas y rehabilitadores. Con esta nueva organización, la especialidad en geriatría toma un papel clave”, explica Isabel Montes, directora médica del Hospital de Gorliz. El cambio ha sido valorado muy positivamente por los profesionales sanitarios. Nerea, enfermera del hospital, ha señalado: “Hemos pasado de tratar complicaciones a anticiparnos a ellas, lo que nos permite mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes”.
Nos adentramos en la Unidad de Fragilidad del Hospital de Gorliz
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¿Qué es la fragilidad?
La fragilidad se define como la disminución de la capacidad del paciente para responder ante eventos agudos como infecciones o caídas, lo que puede afectar no solo su salud, sino también a su funcionalidad y esfera cognitiva. Laura García, geriatra a cargo de la unidad, ha resaltado la importancia de realizar un abordaje integral: “La fragilidad aumenta la mortalidad, el gasto sanitario y las estancias hospitalarias. Con un tratamiento interdisciplinar, buscamos minimizar estos riesgos”. Nancy Gonzales, también geriatra en la unidad, ha añadido: “Nuestros pacientes provienen de distintas urgencias y hospitales. La coordinación con neurología y otras especialidades nos permite realizar una valoración geriátrica integral y personalizar los recursos”.
Un modelo a seguir en Euskadi
Ubicada en la segunda planta del Hospital de Gorliz, la unidad cuenta con un equipo multidisciplinar que incluye geriatras, fisioterapeutas o personal de enfermería especializado. Sandra Vitorica, supervisora de la unidad, ha destacado la mejora en la formación del personal y el impacto positivo en los pacientes: “La atención es ahora más holística. Nos han capacitado para comprender mejor al paciente geriátrico y sus necesidades”. El objetivo principal de esta unidad pionera es mejorar la calidad de vida de los pacientes geriátricos durante su estancia hospitalaria y minimizar las complicaciones asociadas a la hospitalización. Para ello, entre otras cosas, se implementan dietas adaptadas, ejercicios personalizados y se involucra a las familias en el proceso de recuperación.
El éxito de la Unidad de Fragilidad del Hospital de Gorliz podría marcar el inicio de una transformación en la atención hospitalaria en Euskadi. Su modelo centrado en la persona podría replicarse en otros centros de Osakidetza. “Hemos demostrado que funciona. Esto es absolutamente trasladable a cualquier organización sanitaria de Osakidetza", ha dicho Montes. A pesar del éxito y el impacto positivo que ha tenido la unidad de fragilidad, su impulsora, la geriatra Laura García, ha enfatizado la necesidad de seguir mejorando y aprendiendo de otros modelos como el catalán.