La justicia investiga de nuevo el atropello que acabó con la vida de Iurgi, de once años

En 2020, Jurgi, un niño de once años, falleció atropellado en Aulesti, localidad bizkaina. Fue víctima de un atropello mortal mientras andaba en bici y, en su momento, la Ertzaintza decretó con su atestado que había sido un accidente sin culpables, fruto de una "fatal desgracia". El caso se archivó en los juzgados de lo penal, al no haber resolución que indicara que hubiera habido culpable alguno de la muerte del niño. Ahora, sin embargo, otro juez ha decidido reabrir el caso por lo civil, después de que los padres del joven hayan aportado nuevas pruebas que contradicen al atestado formulado por la Ertzaintza en 2020.

Tuvo lugar el 21 de mayo de 2020 y, desde entonces, los padres de Iurgi se han visto envueltos en disputas legales para conseguir que se hiciera justicia por la muerte del menor. Ha sido el 3 de diciembre cuando, además, el magistrado se ha comprometido a visitar el lugar de los hechos, visita que se llevará a cabo en enero previsiblemente. También, a diferencia de lo que ocurrió en 2020, testificarán el hombre que atropelló y mató a Iurgi, así como los ertzainas que acudieron al lugar e hicieron el atestado. Entrevistado en Hora 14 Euskadi, Jose Beraza, padre, afirmó que el atestado fue "nefasto". Desconfía del informe pericial y, de hecho, a través de nuevas pruebas y un informe pericial exhaustivo han desacreditado el documento policial que formuló la Ertzaintza.

Ocurrió todo en plena pandemia, cuando ya se podía salir de casa. Iurgi transitaba por un camino vecinal. La investigación, pro su parte, tiene lagunas, como que el conductor trasladó el cuerpo 150 metros del punto donde tuvo lugar el atropello. El atestado concluye que todo ocurrió "por una fatal desgracia", dando por buena la versión del conductor que aludió circular a 20 kilómetros por hora, como indica la señalización. Además, se queja Josu de que, sin ser vecino de la localidad, el conductor no podía estar allí debido a las restricciones de movilidad vigentes entonces. La Ertzaintza tampoco reparó en ese hecho.