Las cuevas de Baltzola, un paraje natural lleno de mitología
La asociación cultural Txumuluxueta, de Dima, ha creado un recorrido de doce puntos para conocer el entorno
Las cuevas de Balzola. Hacemos un repaso por las rutas de la zona y por las propias cuevas, un lugar familiar y accesible. (22/11/2024)
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El municipio de Dima esconde en uno de sus valles, dentro del Parque Natural de Urkiola, los barrios de Indusi y Baltzola. El nombre del segundo lo toma también un punto concreto del valle, sus cuevas. Las cuevas de Baltzola, escondidas entre grandes paredes de piedra y árboles, se ubican en el punto medio entre ambos barrios y son, en sí mismas, un punto mitológico que no escapa las visitas. La asociación cultural Txumuluxueta, del mismo municipio, ha hecho durante los últimos años una labor extensa para documentar la historia de la zona y hacer que los visitantes que se acerquen allí, puedan integrarse en su cultura del inicio al final.
A través de un recorrido que no alcanza los tres kilómetros, han establecido doce puntos con códigos QR que se pueden escanear para acceder a un archivo sonoro que explica las peculiaridades de cada zona en que se encuentra el código. También han creado vídeos para cada uno de ellos. Así, Manu Aurrekoetxea, de la asociación, cuenta que buscan cumplir su objetivo de promoción cultural y del impulso de la mitología vasca, que nos acompaña desde hace miles de años y no debe caer en el olvido.
Las cuevas estuvieron cerradas durante meses hasta hace dos años debido a la fiebre Q, aunque desde entonces se encuentran abiertas al público. Con diferentes entradas, Baltzola está compuesta por surcos amplios por los que se puede pasear sin problema. Además, para llegar allí, Aurrekoetxea recomienda dos rutas. O bien aparcar en el barrio de Indusi o en el de Baltzola. De igual manera, se trata de una ruta circular con un camino de ida y otro de vuelta: "Depende de si se quiere bajar primero y volver subiendo, o al revés".
Yacimiento vivo
La cueva de Axlor, cercana a la de Baltzola, se encuentra cerrada ya que es un yacimiento vivo sobre el que se trabaja actualmente. Una zona que da pie también al deporte, puesto que "todos los fines de semana, escaladores se acercan a las paredes del valle", cuenta Aurrekoetxea. En el lugar, desde paredes más simples para aficionados hasta paredes para expertos, como Iñaki Ameriketan. Se trata de un entorno perfecto para practicar este deporte, pasear por una ruta fácil y aprender sobre la mitología vasca que está presente en tantos lugares del territorio.