La Real no levanta cabeza en casa

SAN SEBASTIÁN

Osasuna volvió a asaltar Anoeta, como ya hizo la temporada pasada, para sumar tres puntos de oro que le permiten seguir instalado en la zona alta de la clasificación, y de paso le mete en un serio lío a una Real Sociedad que volvió a adolecer de pegada y colmillo en ataque para hacer que no sirviera para nada la posesión de balón. ¿De qué vale tener más del 80 por ciento del tiempo el cuero si luego no eres capaz de hacer daño real a tu rival? Para eso es mejor el trabajo que hizo Osasuna, que fue muy práctico y aprovechó al máximo sus ocasiones en la primera parte. Torró y Budimir firmaron una victoria de muchos quilates y muy inteligente. La Real volvió a decepcionar delante de su gente y se queda más cerca del descenso que de los puestos europeos. La reacción vuelve a quedarse a medias en los realistas.

Los rojillos no ganaban en Anoeta desde 2004 y lo ha hecho dos veces en 2024. Vicente Moreno llevaba solo dos victorias fuera en 44 partidos. No ganaba desde el 31 de diciembre de 2021, hace 1.031 días, y pegó el golpe en la mesa. Así que, desde el punto de vista navarro, todo salió a pedir de boca. La Real Sociedad, con su vuelta al plan habitual de la Liga, salió a intentar dominar a Osasuna, que fiel a su estilo con Moreno no se limitó a esperar atrás y fue valiente desde el principio. El pulso empezó con mucho ritmo, porque ambos equipos necesitaban la victoria, cada uno por su razón. La Real para seguir con su reacción y remontada en la tabla, Osasuna para no descolgarse de la cabeza la clasificación después de ver frenado su buen comienzo de la temporada. El partido tenía chispa. Osasuna esperaba bien ordenado y replegado, la Real tenía la pelota. Pero el que hacía daño de verdad ante la portería rival era eñ visitante.

Al cuadro de Imanol le empezaba a costar superar las líneas de presión de Osasuna, que estaba muy junto y que apenas dejaba espacios entre líneas. Eso hacía que la circulación de la pelota de los realistas fuera cada vez más más lenta, y favorecía las contras de los rojillos. Pero fue a balón parado como rompió el partido Osasuna. Cuando todo está muy cercado, nada como la estrategia. Que se lo pregunten a Lucas Torró, que conectó un cabezazo inapelable imposible para Remiro, aunque Oskarsson estuvo muy lento en la salida de la defensa y permitió que no estuviera en fuera de juego.

El gol de Osasuna dejó muy tocada a la Real, que seguía dando demasiadas facilidades a los rojillos al no terminar las jugadas de ataque y perder el balón el línea de tres cuartos. Así llegó el 0-2, con una contra de libro liderada por Bryan Zaragoza, que volvió loca a la defensa de la Real, para dejarle el gol en bandeja a Budimir, que no falló desde la frontal. La Real buscó el gol para meterse en el partido con un remate de Aguerd que despejó con apuros Herrera, pero pudo ampliar la diferencia Osasuna si el VAR no llega a intervenir para no pitar un penalti en el área realista.

Tras el descanso, salió Kubo para intentar revolucionar el partido, y lo consiguió al principio, pero como le viene pasando toda la temporada a la Real Sociedad, le volvió a faltar pólvora en ataque y Osasuna apenas pasó apuros, porque estuvo muy bien colocado siempre e hizo un trabajo defensivo ímprobo. Sergio Herrera sostuvo, además, a los rojillos con tres buenas parada en el momento de más agobio de la Real, que se fue apagando y fue perdiendo gas según pasaban los minutos. El empate cada vez se veía más lejos, porque a la Real cada vez le costaba más llegar con claridad a la portería de un Osasuna que encima tuvo otra gran ocasión en la botas de Budimir tras un error en la salida de balón de los realistas. Al final, la falta de gol volvió a condenar a los realistas y Osasuna se lo hizo pagar muy caro.

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