Artxanda vuelve a rendir homenaje a los gudaris caídos en 1937
El acto se ha celebrado en la Escultura de la Huella, hecha en recuerdo de milicianos que lucharon en la caída de Bilbao
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZMRAAVX3HBDVDGA77AW6THVFHY.jpg?auth=e3bcf5d2c54cc91008a64ba35a2375968658055cdb6fe9c3c760063525cdad8a&quality=70&width=650&height=365&smart=true)
Nietas y nietos de los Gudaris hablan sobre su historia delante de los asistentes al homenaje.
![Nietas y nietos de los Gudaris hablan sobre su historia delante de los asistentes al homenaje.](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZMRAAVX3HBDVDGA77AW6THVFHY.jpg?auth=e3bcf5d2c54cc91008a64ba35a2375968658055cdb6fe9c3c760063525cdad8a)
La mañana de este domingo, 16 de junio, ha concentrado en Artxanda a familias y representantes políticos en recuerdo de aquellos gudaris fusilados por el ejército franquista tras la toma de Bilbao. Un año más, el recuerdo de los asesinados en el año 1937 (en su mayoría) ha cubierto Artxanda de banderas del batallón de la UGT, la CNT y muchas otras de los distintos batallones que lucharon en el bando republicano. Además, en el acto han participado cuatro nietas y nietos de gudaris de la mano de Gogora, que no solo han tenido la oportunidad de contar la historia de sus abuelos, sino también de leer sus cartas.
"Por visitar a su hija de pequeña, luego esta no la pudo conocer más tarde". Así hablaba Amaia Susilla de sí misma en tercera persona. Aunque admite que en su casa nunca se ha solido hablar mucho de su abuelo, de su fusilamiento, ella era curiosa y preguntaba. No conoció a Gregorio Luno Expósito, su padre. Este vivió en el exilio hasta que ella nació. Quiso verla, conocer a su propia hija, pero vecinos del pueblo dieron el aviso de que había vuelto al pueblo y poco después de verla fue detenido y, más tarde, fusilado. Él la conoció, ella a él, en cambio, no lo recuerda puesto que tenía meses de vida. Fue miliciano del batallón 36 de la CNT.
Iñaki Agirregabiria es nieto de Crestencio Pedro Agirregabiria, 'Perico', gudari del batallón 39 del PNV, fusilado en 1939 a los 29 años. Su hijo fue otro de los que jamás conoció a su padre aunque, en este caso, tampoco el padre conoció al hijo. En su casa tampoco se solía hablar del abuelo, aunque recuerda que tenía una gran vocación cristiana: "Lo que más tengo grabado de él era su valor cristiano, que insistía en perdonar a aquellos que le estaban ajusticiando". Él visitaba a presos, "no le importaba que le advirtieran que eso haría que le echaran el ojo, él seguía sus principios y fue denunciado", cuenta.
![El Lehendakari Urkullu participa en la ofrenda floral a los Gudaris.](https://cadenaser.com/resizer/v2/7A424KNEEBBVVBHY46IGZC4ELU.jpg?auth=5488b7c0de198f39b541cc8524977143a7a9d91ef4511843fc41d73f5aedcac6&quality=70&width=650&height=365&smart=true)
El Lehendakari Urkullu participa en la ofrenda floral a los Gudaris.
![El Lehendakari Urkullu participa en la ofrenda floral a los Gudaris.](https://cadenaser.com/resizer/v2/7A424KNEEBBVVBHY46IGZC4ELU.jpg?auth=5488b7c0de198f39b541cc8524977143a7a9d91ef4511843fc41d73f5aedcac6)
El Lehendakari Urkullu participa en la ofrenda floral a los Gudaris.
Javier Olibeira es nieto de José María Díaz Espada, miliciano de Izquierda Republicana y que fue fusilado el 28 de octubre de 1937, con 40 años y una hija. Javier se siente afortunado y no ha podido evitar derramar alguna lágrima. Su abuela, gracias a su insistencia, consiguió recuperar los restos de su abuelo diez años después de fusilado. Luciano Iturrieta pensaba que correría mejor suerte. Llegaba 1939 y esperaba poder atenerse al indulto, pero acabó siendo fusilado con 36 años en el cementerio de Derio en 1939. Es lo que cuenta María Jesús Iturrieta, su nieta, que recuerda que su abuelo estuvo preso en Larrinaga mientras su familia vivía en el exilio.
Cartas a sus familias
En el acto también han leído cartas que sus abuelos escribieron a sus familias desde la cárcel. Los cuatro han leído con entereza cartas que pedían a sus familias: "A mi querida hija, no espero nunca que pienses mal de tu padre pues nunca fui asesino ni ladrón, no fui más que un hombre de pensamientos liberales. Creo en esa causa y esa será la causa de mi muerte", ha leído Amaia Susilla.
Javier Olibeira ha leído un poema escrito por su abuelo en la cárcel, que acababa: "Para Josetxo no fue igual, sería aproximadamente media noche cuando la puerta de la celda en que se encontraba se abre. Despierta y le dicen, va a ser fusilado a las seis de la mañana junto a otros 41". Similar a lo que leía María Jesús Iturrieta, con la voz rota, con pena y lágrimas en los ojos: "Son las tres y media de la mañana y mis horas son contadas. Ya veis que soy inocente. Si me matan es porque soy socialista, ese es mi único delito".