"Luchad, al trabajador nadie le va a regalar nada"
El documental 'La fábrica de mi padre' repasa a través del testimonio de 25 trabajadores y trabajadoras el pasado industrial y el legado de aquella época marcada por la lucha
'Trabajadores. La fábrica de mi padre'
25:00
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Bilbao
Bizkaia llegó a tener 19 grandes fábricas industriales. Estaban salpicadas por todo el territorio, desde el propio Bilbao con Etxebarría o astilleros Euskalduna, a la margen izquierda, el alto Nervión, Gernika o Encartaciones, donde la Encartada era uno de los reductos para las mujeres, donde también entonces era evidente la brecha de género. Altos Hornos, Explosivos Río Tinto, Petronor, Sefanitro o la Babcock Wilcox... fueron el motor del territorio y medio siglo después, cuando apenas quedan unos rescoldos, Bizkaia no se entiende sin lo que significaron las sucesivas olas de la industrialización y su caída.
El documental La fábrica de mi padre recopila el testimonio de 25 empleados y empleadas como un ejercicio de memoria y ejemplo para las generaciones actuales. Los autores, Mikel Toral y Txutxi Paredes, han contado en Hoy por Hoy Bilbao- Bizkaia que "es un video coral en el que en una hora se puede ver la aportación de trabajadores y trabajadoras a la riqueza de Bizkaia, es una enseñanza para los jóvenes y muestra la dureza de aquellos empleos". Han contado con el apoyo de la Diputación de Bizkaia. La diputada Teresa Laespada pone en valor que "es una mirada justa y necesaria a aquella Bizkaia, al trabajo duro y generoso de aquella generación".
'Trabajadores. La fábrica de mi padre', el documental
Los autores describen una relación "paternalista" e "interesada" de estas empresas hacia sus trabajadores, un debate que consideran "actual" porque se sigue hablando de la fidelidad de las compañías. "La empresa era el capitalismo de rostro humano. Por su interés tenía claro que tenía que compensar a sus trabajadores y, a su vez, ellos se identificaban con la empresa porque creían que iba a ser para toda la vida, luego con la reconversión se vio que no era así", ha rememorado Toral. Así se articuló una red de apoyo con viviendas, economatos, educación o sanidad para atraer la mano de obra necesaria.
Entre los testimonios que se pueden ver en el documental está el de Rafa Paredes. Empleado de la fábrica Etxebarría donde empezó con 20 años. Considera que "ahora los tiempos son mejores, se trabaja menos, menos horas, con menor esfuerzo físico... ahora son 35 horas, yo entonces trabajaba 56 horas seguidas y cobraba 125 pesetas a la semana".
Lupi Rodríguez entró como aprendiz en astilleros Euskalduna, uno de los máximos exponentes de aquella lucha obrera que convirtió el puente de Deusto "en una zona de guerra". Tiene grabado lo que significó un cierre "traumático", que "podía haberse hecho de otra manera". "No estuve de acuerdo con algunas cosas que se hicieron, como ese quemar continuo y repetitivo del puente, porque nos ponía en contra a la sociedad", pero también opina que "si no llega a ser por la lucha, no estaríamos donde estamos".
La fábrica de mi padre se va a estrenar el lunes en Euskalduna Bilbao con el aforo completo. Se podrá descargar en la web de la institución foral.
'Bizkaia en la historia'
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