"Las mujeres en situación de calle están sentadas en un banco con su bolso bajo el brazo y no se tumban hasta las cuatro de la madrugada por miedo"
El último recuento nocturno de personas en situación de calle contabilizó 348 personas en Bizkaia de las que tan solo 11 mujeres
"Las mujeres en situación de calle están sentadas en un banco con su bolso bajo el brazo y no se tumban hasta las cuatro de la madrugada por miedo"
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Bilbao
Son las invisibles entre los invisibles. Los colectivos sociales que atienden cada día a las mujeres en exclusión social denuncian que "no les vemos porque no les miramos". La descripción de la situación que ha hecho en 'Hoy por Hoy Bilbao Bizkaia' Sonia Gorreña, de la asociación Bizitegi, lo refleja en toda su crudeza: "Las mujeres en situación de calle están sentadas en un banco con su bolso bajo el brazo y no se tumban hasta las cuatro de la madrugada y a las seis se vuelven a sentar". Ese miedo, esa inseguridad, les hace quedar fuera de los recuentos nocturnos que se realizan cada dos años.
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En Bizkaia de las 348 personas que pernoctaban en la calle 11 eran mujeres, según las estadísticas que solo contabilizan a quienes están tumbados, según Gorreña. En la misma línea, Santi Martínez de Goiztiri reconoce, "no visibilizamos de manera adecuada en sinhogarismo femenino". Sin embargo, sí ven un avance en la última estrategia vasca contra la exclusión social porque recoge de forma expresa el enfoque de género en una de las directrices. "Contempla crear recursos específicos para mujeres, porque ahora son espacios masculinizados en los que ellas no se sienten cómodas", ha explicado Martínez.
Cambio de enfoque
Es un fenómeno difícil de abordar porque requiere cambiar el enfoque desde la raíz. Entender las particularidades que llevan a las mujeres a esa situación de exclusión. Y que es especialmente difícil para las que son madres. "A las mujeres se nos perdona más tarde el abandono que a los padres. Un hombre recupera con más facilidad la relación con sus hijos. Las experiencias de las madres es muy dura y traumática. No les perdonamos porque es algo innato", ha explicado la responsable del área de mujer de Bizitegi.
Ambas asociaciones han dibujado en el programa el perfil de estas mujeres a partir de entrevistas con 33 usuarias de centros en Bilbao, Getxo y Barakaldo. La mitad eran extranjeras, el 25% tenían alguna diversidad funcional. Por edades, el 22% tenían entre 18-23 años; el 25% entre 31-40 años, un porcentaje que se va reduciendo aunque "lo más alarmante" es que había un 6% de mayores de 65 años "con todas las patologías que pueden arrastrar".
El 96% reconocían tener miedo a dormir en la calle, "un miedo que configura sus formas de actuar y cómo acercarse a ellas". De hecho, un 77% había sufrido violencia machista. Por eso, han continuado, "las que están en situación de calle no están en la calle, en la Gran vía, pero sí tienen que pasar por un sinhogarismo encubierto. Algunas se prostituyen o soportan situaciones de violencia". Ambos han reinvidicado la necesidad de incorporar el enfoque de género en las políticas para afrontar la exclusión residencial "porque el sinhogarismo no es solo cobijo, es una cuestión de identidad, de relación, es lo que estas mujeres no tienen".
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