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"Las dietas son el negocio perfecto, nos han hecho creer que podemos conseguir el cuerpo que queramos"

Cuatro ponentes, entre ellas Gabriela Uriarte, nutricionista, debaten sobre la gordofobia y apuntan a los medios de comunicación como factores que influyen en ella

Gordofobia: discriminación a las personas con sobrepeso

En el Día Mundial de Obesidad, el Colegio de Médicos de Bizkaia ha puesto el foco en la gordofobia y en si, quizás, la palabra obesidad debería ser utilizada con tanta asiduidad. Que la obesidad, o estar gorda (menos ofensivo y estigmatizante según la periodista Yazmina Vargas), no es causa solo de comer mal y del sedentarismo es uno de los puntos principales sostenidos por Gabriela Uriarte, licenciada en Nutrición Humana y Dietética y divulgadora, y Fernando Goñi, profesor de patología médica y médico adjunto de endocrinología en el hospital universitario de Basurto. Al mismo tiempo, según Goñi, el problema es que la obesidad se diagnostica fácil, porque se ve. "Todos nos permitimos hacer de médicos, y una de las causas principales de la gordofobia es que la obesidad se ve, nadie se ríe de un diabético porque no sabemos quién es", afirma. Aunque hay un problema de base y son las dietas. En palabras de Uriarte, "nos han hecho creer que podemos conseguir el cuerpo que queramos con sacrificio, y eso no es así".

La obesidad, explicaba el médico, se debe a un exceso en la grasa, no al exceso de peso. Es por eso que "el Índice de Masa Corporal (IMC), comúnmente utilizado para medir la obesidad, no es certero", añade. En su opinión, la causa es el fácil acceso a la comida que hay hoy en día, añadido a que el cuerpo intenta siempre gastar la menor energía posible. Además de lo que se come, también influyen el sedentarismo, la programación fetal o la cronodisrupción (la inestabilidad en el conocido como el 'reloj biológico', y los horarios de comidas), el estado psicológico y los genes. Gabriela Uriarte apunta también a otros puntos: "la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud hace referencia, además de a la ausencia de afecciones o enfermedades, a un estado de completo bienestar físico, mental y social, se equipara la salud mental a la física". Y es que según ella reducirlo todo a comer menos y hacer más deporte es muy simplista, ya que "en los determinantes de la salud, solo el 36% tienen relación con la conducta individual, el 64% no se eligen". "Son cosas como el ambiente y el entorno de cada persona, tener acceso a sanidad, las circunstancias sociales...", dice.

Tener en cuenta las circunstancias individuales es fundamental para ella: "Si me tengo que desayunar una tostada con aguacate y aceite virgen extra y no sé cómo llegar a fin de mes con mis 900 euros, ese consejo no vale para nada. Si me dices que haga deporte y no incides en la relación traumática que tengo con el ejercicio por la razón que sea, ese consejo es una mierda". A lo que hay que añadir según Yazmina Vargas, periodista y doctoranda que realiza su tesis sobre el tratamiento de los cuerpos en el cine y las series, y Lola López, psicóloga clínica dedicada a la obesidad, la variable del género. El odio a las personas gordas es algo completamente feminizado, según afirman. "A las mujeres se les exige más", según López. Además, hay diversos factores que influyen no solo en el desarrollo de la obesidad, sino también en el fomento de la gordofobia aunque no sea de forma intencionada. Y en todo esto entran en juegos las dietas programadas que, en palabras de Gabriela Uriarte, han hecho más daño que bien: "El negocio de las dietas es el negocio perfecto, hoy en día es una industria milmillonaria".

Medios de comunicación

Entre los últimos, los que contribuyen a que se promocione la gordofobia aun no queriéndolo, están los medios de comunicación según Vargas. En su opinión, la palabra 'obesidad' es una palabra estigmatizante y que hace daño porque no refleja la realidad: "Los medios de comunicación tienen que hablar con cuidado, tener empatía. Prefiero que me llamen gorda, que no me hace sentir enferma". Su propuesta, que se cree en los libros de estilo un apartado para la gordofobia, al igual que para el racismo, el suicidio o la violencia machista, que explique qué palabras usar y cuáles no, qué imágenes utilizar y cuáles no...

De forma paralela, Miren Rodríguez, profesora e investigadora en la Facultad de Comunicación y Ciencias Sociales de la Universidad del País Vasco, ha expuesto un estudio que llevó a cabo junto a su equipo en el momento del fallecimiento de Itziar Castro. En él analizaron el tratamiento de la muerte de la actriz y los comentarios de la gente en las publicaciones de las redes sociales de tres diarios de tirada nacional. Era en 'X', la antigua 'Twitter', donde se centraron la mayor parte de los discursos de odio, seguida de 'YouTube'. Algunos de los comentarios rezaban: "Lamentablemente ha fallecido DEBIDO a su condición de obesidad mórbida. Normalizar lo que no es lleva a estas situaciones. Una persona no alcanza los 120 kilos comiendo bien", "No aceptó su enfermedad, la obesidad, y murió por ello. No hay que dar voz a personas con problemas mentales". En ninguno de los casos los comentarios fueron condenados por los propios medios, según Rodríguez, que también opina que las redes sociales deberían ser responsables del contenido que se publica en ellas, "no meras portadoras de la opinión de individuos".

 
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