Fátima Hacine-Bacha, madre de Santi Coca: "Cuando llegué al hospital Santi estaba en muerte cerebral y los médicos ya me avisaron que era irreversible"
Fátima ha sido la primera en declarar en la tercera jornada del juicio en el que el abogado de uno de los acusados ha pedido "que no se meta a todos en el mismo saco", reivindicando la presunción de inocencia
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Fátima (madre Santi Coca): "Confiamos en que se haga justicia"
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San Sebastián
En el juicio con jurado por la muerte del menor Santi Coca, fallecido en 2019 tras recibir una paliza en San Sebastián, ha declarado este martes su madre, recordando que cuando llegó al hospital, la fatídica noche del 26 de abril, ya le dijeron que su hijo estaba "en muerte cerebral" y que era "irreversible".
Durante su declaración, en el mismo día en el que su hijo hubiera cumplido 22 años, Fátima ha recordado las últimas horas que pasó con Santi, tras volver a su casa en San Sebastián después de haber pasado tres semanas en Londres con unos familiares.
Emocionada, Fátima ha explicado que Santi se encontraba "entusiasmado" a su regreso de Inglaterra y que tras comer con ella, aquella noche iba a salir con su hermano Iker. "Yo me acosté y luego ya Iker me llamó diciendo que estaba en una ambulancia y que Santi no estaba bien. Fue la última noticia suya que tuve", ha rememorado. Cuando ella llegó al Hospital le dijeron que su hijo estaba en "muerte cerebral" y estuvo dos noches en la UCI en las que pidió a los médicos que les dejaran "estar con él" porque le habían informado de que "era irreversible". Y ha descrito a su hijo como lo "contrario" a alguien agresivo. "Era alegre, cariñoso, superrespetuoso".
Por su parte uno de los abogados de los acusados, el letrado Juan Román Zubillaga, ha reivindicado la presunción de inocencia para su defendido, del que ha dicho está seguro de que "no tuvo nada que ver con la muerte de Santi", denunciando que se quiere presentar este juicio "como una manada que va de caza de forma coordinada, metiendo a todos en el mismo saco". Recordaba además que el informe forense será "crucial" para arrojar luz sobre el caso, ya que no pudo determinar las causas del fallecimiento "que pudo ser natural o provocado", ya que "las lesiones que presentaba Santi eran de escasa entidad", según certificó el forense.
Esta previsto que casi medio centenar de personas declaren en calidad de testigos en esta vista, que se está celebrando en la Sección Primera y en cuya sala de vistas también comparecerán más de 25 peritos.
Aunque estarán presentes a lo largo de toda la vista oral, los cinco acusados serán los últimos en declarar, tras haberlo solicitado así sus abogados como forma de garantizar de esta manera un mejor ejercicio de su derecho de defensa. Además de la Fiscalía y de los abogados defensores, en la causa también está personada la familia del fallecido como acusación particular y el Ayuntamiento de San Sebastián, que ejerce la acción popular.
Los hechos enjuiciados tuvieron lugar la madrugada del 26 de abril de 2019 en el exterior de una céntrica discoteca donostiarra donde, tras recibir la paliza, Santiago Coca, que por entonces tenia 17 años, fue atendido por varios equipos sanitarios que luego lo trasladaron al Hospital Donostia donde falleció después de permanecer dos días en coma.
El juicio por esta muerte había sido programado inicialmente para el pasado mes de marzo pero, debido a la fuga de uno de los inculpados, la Fiscalía formuló una petición de aplazamiento que fue secundada por todas las partes y de la que también se hizo cargo el magistrado presidente. De esta manera, la cita quedó suspendida "a los efectos de conceder un plazo razonable" de "aproximadamente seis meses" para ver si el "acusado rebelde" era hallado si bien, transcurrido ya cierto tiempo con este joven aún en situación de "búsqueda y captura" se fijó la nueva fecha para la vista.
Cada uno de los acusados se enfrentará en ella a una petición de veinte años de cárcel tanto por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa como de la acusación particular.
El Ayuntamiento de San Sebastián reclama quince años de prisión para cinco de los procesados, si bien eleva hasta los veinte años su solicitud para el joven fugado, a quien atribuye haber propinado a la víctima la "última y brutal patada en la cabeza" cuando ya había perdido el conocimiento.
Fátima Hacine-Bacha, madre de Santi, confía en que haya una "sentencia ejemplarizante" para que lo sucedido con su hijo no vuelva a repetirse. Están "cansados" dice, de "hacer el trabajo que debía haber hecho la justicia", en un proceso en el que se han sentido completamente "desamparados".