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El acusado de matar gais en Bilbao insiste en que no es un asesino en serie

En el alegato final que ha dejado el juicio visto para sentencia, Nelson David ha vuelto a defender su inocencia tanto en el intento de homicido del que se le ha juzgado como en las otras 7 muertes de hombres con las que se le relaciona

La Audiencia Provincial de Bizkaia ha dejado visto para sentencia el primer juicio contra el presunto autor de varias muertes de hombres en Bilbao. EFE/Miguel Toña / Miguel Toña (EFE)

La Audiencia Provincial de Bizkaia ha dejado visto para sentencia el primer juicio contra el presunto autor de varias muertes de hombres en Bilbao. EFE/Miguel Toña

Bilbao

Tras tres día de vistas, el juicio contra el acusado de intento de homicidio de un hombre homosexual en Bilbao ha quedado visto para sentencia. El juicio ha terminado con las palabras del propio acusado, Nelson David, que ha insistido en que es inocente de los cargos que se le imputan y también de las siete muertes de hombres homosexuales con las que se le relaciona.

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En la última intervención del juicio, Nelson David ha echo uso de su derecho a la palabra para volver a defender su inocencia. El acusado ha asegurado que "me acusan de algo que en la vida he pretendido hacer, ni pienso hacer, ni lo voy a hacer porque en mi personalidad no está. No soy, ni mucho menos, ni un asesino en serie ni una persona que ha intentado matar a alguien, ni mucho menos".

El castillo de naipes ha quebrado

Del mismo modo, su abogado ha defendido la inocencia de Nelson David en el cargo de intento de homicidio. Según sus conclusiones, el acusado ha sido estigmatizado por los medios de comunicación y eso ha influido en el desarrollo del juicio De hecho, el letrado ha insistido en que "hay que enjuiciar los hechos probados, y lo no probado no puede ser tenido en cuenta". reflexión que hacía después de señalar lo que, en su opinión, han sido diferentes contradicciones que se han evidenciado durante la instrucción en base ala falta de pruebas sólidas.

También se ha referido a la investigación en la que la Ertzaintza le relaciona con la muerte de 7 hombres homosexuales asegurando que la policía autónoma no ha investigado la versión de un trama de robo de tarjetas en la que supuestamente trabajaba Nelson junto a otros tres cómplices y que basa su teoría de que se trata de un asesino en serie sólo en movimientos de tarjetas bancarias, transferencias de Bizum o la coincidencia de un collar que porta el acusado. Por esta razón el abogado ha afirmado que "el castillo de naipes que se ha ido construyendo poco a poco en la investigación de la Ertzaintza, las fichas de dominó alineadas para que este procesado esté aquí y se le juzgue como un asesino en serie, han quebrado. Absolutamente. Se han desmontado. No existen".

Las acusaciones mantienen sus peticiones de cárcel

Por su parte, tanto la fiscalía como la acusación popular consideran sobradamente probado que el acusado es el autor de un intento de homicidio y ambos mantienen las penas que habían solicitado al inicio del juicio.

La fiscalía solicita nueve años de cárcel al considerar que claramente se trata de un homicidio en grado de tentativa, ya que se puso en gran peligro la vida de la víctima y que la intención de matar se puso en evidencia con los dos intentos de estrangulamiento que llevó a cabo el acusado.

En el caso de la acusación popular, la petición de cárcel alcanza los 17 años y 11 meses de cárcel, ya que el abogado de Gehitu considera que se debe considerar también el agravante de homofobia, ya que el acusado discriminó a su víctima por su condición sexual usando para contactarle una aplicación de contactos para homosexuales.

Un seductor con tintes psicopáticos

Esta tercera y última jornada del juicio ha servido también para que declarasen los médicos forenses que han realizado los informes sobre las lesiones de la víctima y el perfil psicológicos del acusado.

Estos últimos han asegurado que Nelson David padece un trastorno antisocial con rasgos psicopáticos y le han definido como "un seductor, una persona simpática agradable y seductora". Pese a este diagnósticos, los expertos también han considerado que este trastorno o el consumo habitual de drogas por parte del acusado, no le impiden diferenciar el bien del mal y han apuntado a que lo hechos que se imputan eran un acto deliberado y planificado.

 
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