"No podemos obligar a la gente a que se beba todo lo que producimos en Rioja alavesa"

«Nunca Rioja alavesa ha estado tan bien y nunca tan mal», asegura Carlos Fernández, de Bodegas Tierra, de Labastida. Las bodegas están concluyendo una vendimia «complicada, pero de calidad muy buena», pero tienen sus almacenes llenos de vino aún no vendido y el consumo de vino, que ha descendido en todo el mundo, no da abasto. Las III jornadas «Destino Rioja alavesa» organizadas por Cadena SER Euskadi han concluido con un mensaje unánime en el sector: hay que adecuar la producción a la demanda. Fernández ha coincidido con Iñigo Rubio, gerente de la cooperativa de Labastida, e Iñigo Torres, gerente del grupo Rioja, en una de las mesas redondas de las jornadas este domingo 22 en Villa Lucía espacio gastronómico, dinamizadas por José Ignacio Junguitu. «No podemos obligar a la gente a que se beba todo lo que producimos», ha añadido. ¿Qué hacer entonces? «Centrarse en producir menos, pero de más calidad» es su apuesta. «Arrancar viñedo, como en Burdeos, es una decisión estratégica que no se puede adoptar solo por esta coyuntura, opina Torres. En la cooperativa de Labastida llevan años subvencionando el cese de la actividad, ha contado Rubio. Otra solución que ha surgido en el debate es producir más blanco, porque el consumidor de 2023 prefiere vinos más ligeros y ha aumentado el consumo de rosados y blancos. »Estaría bien que se nos permitiera hacer vinos blancos con uvas tintas, ha propuesto Fernández. Pese a todo lo anterior, los tres son optimistas. Creen que «el que lo haga bien saldrá adelante y el que lo haga mal se quedará por el camino». «La vendimia ha sido complicada», reconoce Ruth Rodríguez, enóloga de Bodegas Campillo, donde han concluido las jornadas con la emisión en directo el programa «A vivir Euskadi». Campillo es una de las marcas de Familia Martínez Zabala, que precisamente este lunes lanza al mercado su último vino: un blanco reserva 2020 con las variedades viura y chardonnay. «Aquí empezaron las vistas a las bodegas, lo que ahora se llama enoturismo», cuenta Lourdes Martínez, consejera y propietaria del grupo bodeguero. «Mi padre (Julio Faustino Martínez) quería hacer una bodega grande para rendir homenaje al mundo del vino», recuerda. Rodeada de viñedos por todos sus costados, «es tan bonita y está tan limpia que la gente no se suele creer que en ella se haga vino; se creen que es atrezzo». Bodegas Campillo fue la primera bodega en Rioja alavesa en importar el modelo chateau bordelés, de gran bodega. Ahora el grupo bodeguero ha encargado su nueva bodega en Rioja alavesa a Norman Foster. «Mi padre decía que el vino es un arte y se nota al entrar en la bodega», añade la hermana de Lourdes, Carmen, presidenta de Familia Martínez Zabala. La relación del Grupo con el arte viene de lejos. «El acuerdo para traer el Guggenheim a Bilbao se firmó aquí y nuestro padre fue testigo y firmó como tal. Desgraciadamente no hay foto de aquel día, pero guardamos todas las cartas previas. Ese día Guggenheim reservó un nicho nuestra bodega y nosotros somos patronos de la pinacoteca», recuerdan. «Si alguna vez alguien te dice que en la historia del Rioja nunca hubo mujeres, no te lo creas. Es una fantasía. La Historia lamentablemente la escriben los hombres y nobles y no recoge a muchas mujeres desconocidas, como Ramona Norberta de Albiz, Vicenta Quintano o María Teresa López de Tagle...mujeres sin las que la historia del Rioja no se entendería». Así habla Emilio Barco, profesor de Historia social y Economía agraria de la Universidad de La Rioja, que en las jornadas ha contado algunas de las 17 fantasías recopiladas en su libro Certezas y fantasías de la historia del Rioja. En el caso de los Quintano, que han pasado a la Historia del Rioja por importar los métodos de elaboración de Burdeos, «los que han pasado a la Historia son Manuel, José y Diego, pero nadie menta a su madre, a Doña Vicenta», se lamenta Barco. «Doña Vicenta se quedó viuda con 36 años y estos tres joyas que han pasado a la Historia tenían menos de siete años. ¿Quién sacó la hacienda adelanta?», pregunta. El volumen de Barco contempla asimismo seis certezas sobre este vino. Barco destaca que «el Rioja nunca conoció la libertad, ni en la época de los hidalgos ni en la de los influencers. Siempre hubo alguien controlando las decisiones del Rioja: los monasterios, los cabildos eclesiásticos, las diputaciones, la Organización Mundial del Comercio, la Internacional del la Viña y el vino o Bruselas». Si los productores de vino de Rioja alavesa reclaman diferenciación, otro tanto puede decirse del aceite producido en la comarca. «En Bizkaia y Gipuzkoa no saben que aquí hacemos aceite, incluso muchos en Álava tampoco», se queja Mikel Izaguirre, elaborador de Aceite Erroiz, de Lanciego. Izaguirre ha hecho de guía a los participantes en «Destino Rioja alavesa» por el trujal municipal, que data de hace más de un siglo, y por el suyo, donde elabora sus aceites. Mikel también ha participado en el espacial «Hoy por Hoy Euskadi» emitido desde la bodega «Lar de Paula». Izaguirre ha explicado que en Rioja alavesa había olivos antes de que llegaran los romanos, aunque durante los siglos siguientes fueron arrancados para plantar vid, sobre todo. En la actualidad, el cultivo se está recuperando poco a poco. La aceituna típica alavesa es la variedad arróniz, un poco amarga y con un toque picante. Izaguirre empezará a recogerla a partir del próximo mes 3 de noviembre, pero ya sabe que la sequía va a mermar la cosecha en un 50 por ciento. Los vinos de Rioja alavesa son los más conocidos de los que se elaboran en Euskadi, pero no son los únicos. El Gobierno vasco ha lanzado la marca «Basque wine» para promocionar conjuntamente vino de Rioja alavesa, de los tres Denominaciones de Origen de txakoli, sidra de la denominación de Origen Euskal sagardoa, y cervezas artesanas Basque beer. En las jornadas «Destino Rioja alavesa» se han podido degustar los vinos de tres de esas diferentes de denominaciones: vino tinto de maceración carbónica Bodegas Aimarez en Labastida; sidra Zelaia; y txakolí de Bodega Bat Gara, de Lezama (Araba). En las jornadas ha participado además Frédéric Galtier, delegado en España del concurso mundial de Bruselas, uno de los más prestigiosos del mundo, y que sirve de referencia a profesionales y consumidores ante una oferta cada vez más amplia. Las jornadas se han celebrado en Villa Lucía espacio gastronómico, uno de los recursos enoturísticos principales de Rioja alavesa, en Laguardia. Rubén Lavín ha mostrado a los asistentes una de las actividades que más curiosidad despiertan: el degüelle de una botella de vino de 1970 utilizando unas tenazas al rojo vivo y un pincel con agua. De esa manera se corta el cuello de la botella limpiamente sin tocar el corcho, que puede despedazarse por el paso de los años. El vino se decanta posteriormente sin rastro de este. Por último, los participantes en las jornadas han conocido la villa amurallada de Laguardia con una visita «de fábula» , guiados por su vecino más ilustre, el fabulista Félix María de Samaniego, que, además de enseñar los edificios y lugares más bellos de su pueblo natal, les ha arrancado carcajadas con sus relatos eróticos.

"No podemos obligar a la gente a que se beba todo lo que producimos en Rioja alavesa"

Así se ha desarrollado la tercera edición de las jornadas de enoturismo 'Destino Rioja alavesa'

Eva Domaika

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