Las sociedades gastronómicas se enfrentan a la falta de relevo generacional
Han pasado de tener listas de espera en los años 90 a buscar, en algunos casos, fórmulas novedosas para atraer socios
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Varios hombres trabajan en la cocina de una sociedad gastronómica.(CADENA SER)
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La sociedad Zapardiel, en los 90, tenía lista de espera. Había que esperar para poder formar parte de la sociedad. "En los 90 teníamos lista de espera, luego llegó la crisis del 2008 y bajó el número de socios y, finalmente, la pandemia nos han hecho mucho daño.", nos cuenta Rafa Arberas, representante de Slow Food en Euskadi y miembro de Boilur, de la Federación de sociedades gastronómicas de Álava. Ahora, en Zapardiel, como en muchas otras sociedades gastronómicas, buscan nuevas fórmulas para atraer nuevos socios. Una de las barreras para acceder a una sociedad es la económica. "De media se pagan unos 4000 euros de ingresos más las cuotas mensuales", nos cuenta Arberas. Para incentivar que llegue gente más joven, en su caso, han creado la figura del socio abonado por la que en dos años solo se paga una cuota mensual y, tras ese tiempo, se decide si abonar la cuota de entrada. "Les damos todas las facilidades para que puedan pagar la cuota y lo hagan en plazos, si prefieren". Arberas apunta a una necesaria renovación de las sociedades. "Ya entran mujeres en casi todas las sociedades y en muchas de ellas se han habilitado espacios para que los niños y niñas puedan estar", añade.
"Las sociedades se están debilitando de socios; no hay renovación y muchas tienen pocos socios". Es el diagnóstico de Marimar Churruca, presidenta de la Academia Vasca de Gastronomía. Churruca apunta a "un conjunto de motivos" para explicar esta falta de interés por las sociedades. Por una parte, lo atribuye al cambio de rol de los hombres que antes no se implicaban en el hogar y ahora sí. "Ahora no tienen tiempo", añade. Sin embargo, no saber cuál es la razón que lleva a que no haya una mayor incorporación de mujeres en las sociedades que podría paliar la falta de socios. Por otra parte Churruca apunta a los efectos de la pandemia :"hay quien ha descubierto el ocio al aire libre", dice. Por último, la presidenta señala también los motivos económicos: "hay que pagar las cuotas, más la entrada, más los gastos que supone el participar".
Preguntada por el número de sociedades que han podido cerrar o tienen dificultades, Churruca dice que "no los tenemos cuantificados, pero en Álava- donde hay menos sociedades- un tercio habrían cerrado". Esta cifra no consta a Rafa Arberas, representante de Slow Food en Euskadi y miembro de Boilur, de la Federación de sociedades gastronómicas de Álava, que dice "no tenemos constancia de que haya habido esos cierres", nos dice.
Ante la situación Churruca considera que "es una pena y es una pérdida porque es una parte convivencial de la gastronomía, de conocer a un grupo de amigos, es social y gastronómico lo que se pierde" y cree que "está empezando a haber un movimiento de recuperación, de darle un sentido más identitario en las sociedades gastronómicas".
Pensando en qué se puede hacer para hacer las sociedades gastronómicas más atractivas estén en el Grado FOOD DESIGN del IED Kunsthal, ubicado en Zorozaurre, Bilbao. Los responsables de este máster, el único master que hay en España de Diseño alimentario, han creado un Txoko-laboratorio para que sus alumnos y alumnas, gente joven, reflexionen entorno a este asunto. "Ya se lleva un tiempo viendo como los millenials, los que conocemos como under 35, no sienten estos espacios como suyos en los que participar y reunirse", apunta Sergi Freixes, del Grado FOOD DESIGN. "Nosotros lo que hemos empezado a trabajar es en un análisis de estas generaciones, de cómo consumen, cómo se mueven...y una vez que tenemos este análisis, en un txoko- propotipo, queremos trabajar en nuevas ideas", señala.