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Aitor Elordi desarma a Altuna (18-22) y es el nuevo campeón de un Manomanista que no iba a jugar: "He llegado aquí a base de trabajo"

El de Mallabia sucede a Unai Laso como ganador del torneo más importante de la pelota y portará el colorado durante todo el próximo año

Aitor Elordi desarma a Altuna (18-22) y es el nuevo campeón de un Manomanista que no iba a jugar: "He llegado aquí a base de trabajo"

Aitor Elordi desarma a Altuna (18-22) y es el nuevo campeón de un Manomanista que no iba a jugar: "He llegado aquí a base de trabajo"

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Bilbao

Aitor Elordi ha llegado para quedarse. Si todavía alguien conservaba alguna duda de la enorme calidad del de Mallabia, la final del Manomanista, en la que se impuso al gran favorito, Jokin Altuna, sirvió para disiparlas de un plumazo. Un 18-22 que se trabajó desde hace años Elordi, pelotari de temprano debut y explosión tardía. Siete años lleva como profesional y hasta hace unos meses muchos ni habían oído prácticamente hablar de él. De hecho, no iba a jugar al Manomanista. Las lesiones de otros compañeros le abrieron una rendija que el de Mallabia ha exprimido alzándose con la victoria final.

El partido que servía de referencia a Elordi era el duelo ante Altuna en cuartos de final, disputado hace algunas semanas. Lo ganó Jokin, pero tuvo que sudar. Aitor aprendió cómo plantar cara al doble campeón del Manomanista, con quien comparte generación pero no trayectoria. En la final, su estrategia fue alejar a Jokin del lugar donde es más letal, los cuadros delanteros. Aunque ello hizo que alguna de sus pelotas cruzaran la línea de la pasa, también le sirvieron para amortiguar la enorme calidad del de Amezketa.

Objetivo: agrandar el frontón

De inicio, la final no tuvo un color claro. Algunos fallos de Elordi, más que entendibles en su primera gran final individual, le jugaron un par de malas pasadas. Con todo, el hueco de Altuna aún era asumible. El primer tanto que cambió el partido fue una dejada que no logró ajustar Jokin. Era el 7-4 para el gipuzkoano. Ahí comenzó una remontada, tras una tacada de cinco tantos de Altuna, que llevó a Elordi a pelear por el abrazo en el marcador (7-6).

Ganó confianza Aitor a base de trabajo y poco a poco fue alargando los tantos, llevando más atrás el bote de la pelota, ganando altura de frontis. Así forzó errores de Jokin y logró tantos preciosos, como una dejada milimétrica para el 12-9 o una ajustadísima volea en el tanto siguiente. El intercambio de tantos desgastó el físico de ambos, aunque era Altuna quien parecía sufrir más las consecuencias de un partido que se endurecía por momentos.

Del 14 iguales a la txapela

Otro de los momentos decisivos de la tarde fue el 14-14. Altuna veía desaparecer su ventaja y Aitor se crecía, viéndose más cerca de la txapela. De ahí en adelante se pasó rápidamente a un 14-18. La última intentona de Jokin le llevó a sumar el tanto 17, por los 20 que tenía ya entonces Elordi. El último tanto, el que dio la victoria a Aitor, no fue una bella dejada ni un remate espectacular, sino un fallo de Altuna en el saque. Pero hizo feliz al de Mallabia, que se lanzó a correr escaleras arriba hasta fundirse en un abrazo con sus aitas.

Desde ahora y durante todo el próximo año, Elordi lucirá el colorado que identifica al campeón de los campeones de la temporada pelotazale. Sucede en el trono a Unai Laso y es el trigésimo primer campeón en la historia de la modalidad reina del frontón. Es la guinda del pastel en una temporada difícil de superar. Comenzó siendo tercero en el Cuatro y Medio, continuó ganando el Parejas junto a Zabaleta -su primera txapela- y finaliza convirtiéndose en el rey del Campeonato Manomanista.

 
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