El proyecto de ley vasca de Educación a debate con Ricardo Arana y Gonzalo Larruzea
'La ventana Euskadi' cita a los dos especialistas en Educación para que opinen sobre las principales novedades del proyecto de ley vasca de Educación
Ricardo Arana y Gonzalo Larruzea analizan el proyecto de ley vasca de Educación en 'La ventana Euskadi'
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El proyecto de ley vasca de Educación, que acaba de aprobar el Consejo de Gobierno vasco, se presenta como uno de los principales retos legislativos de la última década. Su reto es importante: sustituir a la ley de la Escuela pública vasca que ha regido en Euskadi desde 1993 y que pacificó la Educación en la Comunidad durante décadas. Parecía que el nuevo texto llevaba el mismo camino, al partir de un pacto educativo fraguado hace ahora un año entre el departamento de Educación y el 90 por ciento del Parlamento vasco, pero nada más ser aprobado en Consejo de Gobierno ha recibido duras críticas de Elkarrekin Podemos, formación que suscribió aquel pacto; incluso del PSE-EE integrante del Ejecutivo.
Con el fin de conocer las novedades del proyecto de ley, más allá de las críticas políticas, que coinciden, además con la precampaña de las elecciones municipales y forales del 28 de mayo, 'La ventana Euskadi' ha buscado la opinión de dos especialistas en Educación: Ricardo Arana, que fue director de gabinete de la exconsejera de Educación Isabel Celáa; y Gonzalo Larruzea, doctor en Educación y exinspector de Educación.
Para empezar, los dos opinan sobre la controversia política en torno al proyecto de ley. Larruzea inicia el debate: "Lo que está en juego es el futuro de la configuración de la Educación en nuestro país y cada partido tiene su propio posicionamiento. Para EH Bildu la Educación es estratégica y han puesto mucho interés. El PNV quiere mantener su hegemonía intentando no romper muchos platos llevando esto adelante. Y el PSE muchas veces ha reaccionado tarde y mal cuando se ha dado cuenta de que esta no es una Ley cualquiera. Es verdad que desde lo ideológico hay posturas extremas, pero estamos ante un tema de mucho calado para el futuro del país".
"Consolida el statu quo"
"Lo que está en el fondo es el derecho a la Educación de los menores. Y ese derecho se interpreta desde ideologías muy distintas. El problema es cuando perdemos de vista el objetivo de la ley: el derecho de todos los alumnos al éxito escolar y aparece oculto por otras cosas menos importantes", rebate Arana, que por esa razón, concluye, no puede aprobar el proyecto de ley. Larruzea añade: "Habría que preguntarse para qué es la ley y quiénes querían esa ley. Si uno lee el preámbulo se ve que está lleno de retórica, pero le falta nervio político. No se sabe qué pretende. Hay que recordar que las bases del acuerdo se titularon "Bases para la transformación de la Educación vasca", pero esta ley consolida el statu quo, se mueve en el esquema anterior. No va a ayudar a transformar". Para Arana, el principal problema es que no se hizo previamente un diagnóstico compartido" y aquí coincide con Larruzea, aunque para él hay elementos que salen en los diferentes informes internos y externos y que son conocidos: "un fenómeno creciente de segregación y un sistema que no avanza en resultados y competencias. Si a eso se le añade que ha habido un corrimiento del alunado hacia el modelo D y que el A ha desaparecido prácticamente de la escuela pública, ya tenemos elementos sobre los que empezar a transformar".
"Los modelos se han deteriorado con el tiempo"
Yendo a ámbitos concretos del proyecto de ley, sobre la desaparición de los modelos lingúísticos y el abordaje del aprendizaje de las lenguas, Arana es tajante: "Está totalmente desenfocado. Tenemos un sistema que responde poco al modelo recogido en la Ley, que contemplaba la posibilidad de poder estudiar en euskera, castellano o en ambas y poder elegir. Se ha ido deteriorando con el tiempo y el consejero tiene razón cuando dice que había que actualizar el sistema. Pero hay que actualizarlo sin perder la vista los cuatro ingredientes que debe tener toda política lingüística en el ámbito educativo: que estudiar en lengua materna tiene beneficios; que se puede estudiar otra y en otra lengua; que la mejor forma de aprender es vehicular contenidos a través de la lengua; y que en determinados casos no estudiar en lengua materna puede causar problemas. No se están cumpliendo todas las variables y se nota en que los chavales están teniendo problemas para adquirir competencias. No es la única razón y probablemente la otra es la segregación, pero esta ley no lo va a abordar mejor".
Para Gonzalo Larruzea, el proyecto de ley "parte de una debilidad que ya se constató en el acuerdo, que contenía una cosa y la contraria y de esa manera cada partido podía acogerse a una determinada aportación". En su opinión, "es un tema difícil, complicado y en el que no se puede hacer trilerismo y decir una cosa y la contraria. Creo que, con todo respeto, es lo que le ha pasado a Jokin Bildarratz" (el consejero de Educación). Según Larruzea, lo que se acordó en el pacto educativo fue un modelo plurilingüe, "que para los lingüistas significa que va a haber una vehiculización del aprendizaje en más de una lengua, y eso es incompatible con los modelos lingüísticos, pese a que, posiblemente para evitarse problemas con el Estado ha dicho Bildarratz que los va a mantener". "Por eso", prosigue, "no entiendo el empeño del PSE en mantener los modelos lingüísticos, sabiendo que es residual, marginal y segregador en la pública".
Con todo, Larruzea cree también que un modelo plurilingüe "también es incompatible con el modelo de inmersión". El hecho de que el proyecto de ley establezca que al terminar Secundaria al alumnado deberá obtener un B2 en las dos lenguas oficiales, "en la práctica significa que todos los centros van a tener que echar más leña en la locomotora" del euskera. Tanto Larruzea como Arana creen que para alcanzar ese B2 no se llega ni con el A ni con el B y tampoco con porcentaje alto del modelo D, que están en el nivel inicial de euskera. "Hay que huir de todos los extremos, tanto de pensar que hay que mantener los modelos lingüísticos pensando que cuando más horas estudien en euskera, más van a saber. Eso no es cierto", concluye.
"Se ha optado por el modelo Caballo de Troya"
El segundo punto que más controversia política ha suscitado es el de la integración de las tres redes actuales: pública, concertada e ikastolas en un único Sistema público vasco de Educación, en el que estarán todos los que presten el servicio cumpliendo con una serie de obligaciones. Según Larruzea, eso no es lo que se acordó con los firmantes del pacto. Previamente, el Parlamento debía celebrar un debate sobre qué es un centro de interés social y cuáles deben ser los centros con financiación pública. En lugar de ese debate previo, sostiene, "se da por supuesto que todas las concertadas están dentro y luego ya veremos. Se ha optado por el modelo Caballo de Troya: Metemos a todos y no incomodamos a nadie. Como mucho les decimos a los centros del Opus Dei que a partir de los dos años no puede escolarizar a niños y niñas separadamente y con eso parece que se ha hecho todo". Para Arana, "lo que se ha antepuesto es que todo lo guíe el derecho a elegir centro educativo y olvidamos para qué y la que pierde protagonismo es la enseñanza pública".
La Comunidad que más segrega
El tercer punto objeto del análisis son las medidas que contempla el proyecto de Ley sobre uno de los problemas más importantes que tiene la Educación en Euskadi, el de la segregación. Arana ha recordado que Euskadi es la segunda comunidad que más segrega por origen social y la primera por origen nacional. "Los resultados educativos está siendo decrecientes pero lo están siendo de forma desigual y ese es uno de nuestros principales problemas. Eso hasta hace poco no estaba en la agenda de este país; ahora sí lo está. Pero la ley se ha limitado a constatar que existe el problema y punto. No es operativa para resolver este problema".
Larruzea comparte que "hemos pasado de negar el problema, a reconocerlo y decir que algo tenemos que hacer". Admite que el proyecto de ley contempla medidas novedosas en ese ámbito, "pero tocar la segregación toca el nervio de esta sociedad, toca muchos privilegios, intereses y el Gobierno lo que no quiere es buscarse complicaciones y meter el bisturí". En su opinión el Gobierno vasco ha apostado por intentar que en los centros haya mayor heterogeneidad, "pero sin romper ningún plato y ambas cosas son incompatibles".
De cara a la tramitación de la ley, Arana es el más optimista de los dos. "Hace dos años no habíamos conseguido ni datos sobre cómo estábamos. Hace un año Educación negaba los problemas. Ahora tenemos que conseguir que Educación, una vez conocidos los datos y admitidos los problemas, acepte trabajar sobre las soluciones. Siempre hay que mantener la esperanza", asegura. Larruzea añade que "esta es una pelea de largo alcance, que no acaba con la Ley". "Hay cosas que se están moviendo, pero quien pensó que ya se había firmado el pacto y ya se podría desentender, estaba equivocado. Hay que estar encima. Esto es un maratón. Hubiéramos querido una mayor apuesta por la pública y más decidida contra la segregación, pero hay que seguir y con mucho ánimo porque esto tiene una perspectiva histórica que no debemos perder de vista", dice para terminar.
Eva Domaika
Jefa de informativos en Cadena SER Vitoria. Presenta el informativo diario ‘La ventana Euskadi’. Si...