Atacan la escultura de "Las Bailarinas" en el Paseo de Francia de San Sebastián
Han roto y sustraído el brazo de una de las bailarinas, el eje de la composición
Marisol Garmendia, sobre el ataque a la escultura 'Las bailarinas'
00:28
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
San Sebastián
El acto vandálico se produjo la semana pasada en la bellísima escultura que preside el Paseo de Francia de la ciudad. Representa a tres jóvenes sonrientes que cimbrean sus talles, portando instrumentos musicales. Es un conjunto que encandila por su expresividad, gracia y dinamismo, destacando el delicado tratamiento de sus ropajes flotantes y los peinados. Es muy acertada su composición, cuyo eje es el brazo izquierdo de la figura central, que acaban de amputar y sustraer. El conjunto aparece firmado en la base "ANTONIO FRILLI/ FIRENZE" y es digno de exhibirse en un museo.
El escultor Antonio Frilli abrió su taller en Florencia (Via dei Fossi) en 1860. Se dedicaba a la fabricación de luminarias y estatuas en bronce, alabastro de Volterra y mármol de Carrara, tanto para interiores como para la ornamentación de jardines y monumentos. Asiduo participante en las exposiciones internacionales (Roma, Glasgow, París o Sidney), llegó a acumular 57 medallas y diplomas, siendo proveedor de ocho casas reales. Decoró con mármoles el campus de la Universidad de Stanford (California). A su fallecimiento en 1892, la empresa pasó a su hijo Umberto y ha continuado realizando reproducciones artísticas y obra contemporánea hasta la actualidad.
Obra atacada en numerosas ocasiones
Frilli se especializó en tallas virtuosas de temática amable que cosecharon gran éxito comercial. En 1911 el Ayuntamiento de San Sebastián encargó este grupo escultórico para el óvalo pequeño del parque de Alderdi Eder, lugar anteriormente ocupado por una fuente luminosa. Los mármoles llegaron en tren desde Italia, siendo sus dimensiones 187 x 120 x 65 cm. Dos años más tarde se colocó esta obra en el Boulevard, presidiendo uno de sus extremos. Coincidiendo con su desafortunada remodelación fue trasladada a la Plaza de Euskadi (1995), pasando luego a su ubicación actual.
La obra ha sido atacada en numerosas ocasiones. Le rompieron los dedos a una de las bailarinas, también la pandereta y realizaron pintadas en los pechos. Ahora es el brazo de una de ellas el que ha sido roto y sustraído. Desde el consistorio donostiarra, la portavoz socialista Marisol Garmendia denuncia estos hechos: "Es lamentable que haya bárbaros, incívicos que no respetan nada y destruyen obras como ésta, que son patrimonio público". Asegura que se encargará la restitución del elemento dañado y pide "respeto y civismo" para cuidar el patrimonio de toda la ciudadanía donostiarra.
Eva Monente
Jefa de redacción. Editora de los informativos de la mañana y del programa Hoy por Hoy San Sebastián....