Bilbao Basket no levanta cabeza
Los de Ponsarnau están ya en Tenerife donde este martes juegan en Champions
Bilbao Basket no puede poner remedio a sus problemas
Insistía Jaume Ponsarnau en la previa del partido contra el Tenerife que el equipo tenía que encontrar soluciones en su baloncesto. Quería decir que como grupo no tenía nada que reprocharles, pero que eso les está llevando en los últimos partidos a tomar decisiones equivocadas. El ímpetu, la ansiedad por volver a ganar, les conducía a situaciones precipitadas y a tomar soluciones individuales.
Este equipo, más sin Hakanson ausente por lesión, no tiene orden. Si bien en Santiago los de Ponsarnau sí salieron mejor al partido, y recuperaron el tono por momentos, el equipo se deshizo como un azucarillo en un café caliente a las primeras de cambio.
La moral de la tropa está frágil, y en cuanto Obradoiro vio la vía de agua, hurgó en la herida y cerró el partido. Bastaron un par de triples gallegos y un par de pérdidas de los bilbaínos para que se abriese una brecha que ya no se pudo cerrar.
No era cuestión de ganas. Pusieron todo el empeño, y eso les llevó a decorar el resultado porque la renta negativa llegó a ser de 21 puntos, pero los 'hombres de negro' confundieron el trayecto. Se trataba de seguir las pautas, lo trabajado durante la semana, se trataba de volver al orden y de que no hiciese cada uno su guerra.
Esta nueva derrota supone la peor racha del equipo en liga. Es la cuarta consecutiva, a la que se une además otra más en Champions en casa del Murcia. No gana en ACB desde que lo hizo en Miribilla precisamente ante el equipo de Sito Alonso hace ya casi un mes. Sigue anclado en las ocho victorias que en su momento le permitieron pensar en disputar la Copa.
Mal escenario
Con todo este panorama el equipo ya está en Tenerife. En las islas disputa este martes la tercera jornada de la Champions. Mal cliente para alejar fantasmas. El equipo de Txus Vidorreta es uno de los más sólidos y querrá cerrar ya su participación en los cuartos de final de la competición continental.
Cuando menos, Ponsarnau exigirá a los suyos competir con orden, siguiendo las reglas, sin abandonar las normas. Este equipo ha demostrado que para ganar necesita trabajar en equipo. No hay un jugador que por norma meta 20 puntos. Un día le toca a Smith, otro a Hakanson, otro a Withey, pero su secreto está en el grupo. Va a ser la única manera de hacerle frente a Tenerife este martes a partir de las 20.30h.
Otro de los asuntos donde puede mejorar el equipo es en la aportación de sus pívots. No atraviesan su mejor momento los 'center' de Surne. Withey alterna buenas cosas con pérdidas de balón inexplicables, y no está encontrando aro. Kyser lo mismo te mete un tiro desde cinco metros y falla una bandeja, pero no es regular. Bilbao Basket necesita además que su gente alta intimide bajo su aro, pero tampoco está asustando a sus rivales.
Hakanson
Sin Hakanson el equipo está desnortado. El regreso del Radicevic no está resultado lo positivo que necesita el equipo para salir de esta. El base bilbaíno no parece que haya encontrado un buen estado de forma todavía. Ha estado demasiado tiempo lesionado y se ha tenido que poner las 'pilas' antes de tiempo.
Agustín Ubal es todavía demasiado joven. No está aún para esas labores de tanta responsabilidad. El uruguayo llegó para echar una mano en la rotación, pero no para sacar del atolladero a un grupo sin rumbo. Por eso Ponsarnau exige seguir las normas. Solo con ellas, y con lo trabajado, podrá volver a ganar. "Nuestra realidad es esta", apuntaba Jaume. El equipo no está hecho para ganar con soluciones individuales, no le va a salvar la calidad individual de sus jugadores, tiene que ser 'todos a una’, como Fuenteovejuna.
