El encarecimiento de los productos básicos dispara las atenciones por parte de Cáritas
El balance de 2022 de Cáritas Diocesana evidencia un aumento de las desigualdades
Vitoria
El balance anual de Cáritas Diocesana de Vitoria ha evidenciado el crecimiento de las desigualdades "como consecuencia de la precariedad". Prueba de ello han sido las intervenciones realizadas en el año 2022 que se han duplicado con respecto al año anterior: de 10.115 intervenciones en 2021 se ha pasado a 23.787 este año.
El número de familias atendidas también ha aumentado un 18% más respecto al año anterior. En el año 2021 Cáritas atendió a 3000 familias y este año se ha incrementado a 3564. Ramón Ibeas, secretario general de Cáritas en Álava , ha explicado en la presentación del balance que "la situación de las familias es cada vez más precaria con un aumento de la inestabilidad laboral".
Las demandas más comunes han sido las relacionadas con la vivienda, la necesidad de regularización para personas migrantes como vía de arraigo y el apoyo ante la crisis generalizada por la subida de los precios.
Cáritas trabaja con personas en situación de pobreza, sin embargo, este año se ha sumado una clase media baja por el encarecimiento de los elementos básicos. "Son personas que normalmente podían llegar con sus ingresos a tener una vida cómoda y a la que está afectado directamente la subida de los precios", ha destacado Ramón Ibeas.
El importe destinado a ayudas económicas también ha crecido. A finales de octubre de 2022 rondaba los 418.023 euros. Una cifra a la que hay que sumar la gestión de 250.514 euros procedentes del Gobierno Vasco destinados a atender a las familias refugiadas de Ucrania, lo que hace un total de 668.537 euros, casi el doble que en 2021.
Respecto al perfil de las personas atendidas, sigue respondiendo fundamentalmente a migrante y mujer. Aun así, se suman nuevos perfiles como las personas solicitantes de asilo que provienen de Ucrania.
La Agencia de Colocación Lan Bila, por su parte, ha gestionado 300 ofertas de trabajo, de las cuales un 68% lo fueron para el cuidado de personas y del hogar, siendo el resto para otros sectores. En este sentido, Ramón Ibeas ha explicado que " el año pasado el 82% del empleo estaba relacionado con el servicio doméstico y los datos de este año evidencian que la dinámica de trabajo se está abriendo hacia otros sectores".
En el apartado de formación, Cáritas ha dado respuesta a una media de 174 personas al mes, de las que el 79% son mujeres y un 21% son hombres, recuperando los ratios previos a la pandemia. Respecto a los voluntarios, aunque van recuperando los datos anteriores a la crisis por la pandemia, Ramon Ibeas advierte que "el ritmo es mucho menor porque cada vez socializamos menos".
Unos datos que permiten constatar el "crecimiento de la desigualdad" dentro de la sociedad, y señalan situaciones cronificadas de pobreza en Cáritas, que están haciendo aumentar el número de personas en situación de exclusión. Una situación que dificulta, según concluye Cáritas, la integración social, la exclusión residencial derivada de no poder cumplir los requisitos exigidos para el acceso a una habitación o viviendo en alquiler debido al aumento generalizado de los precios.