El Sociómetro suspende a Gorka Urtaran y aprueba a Ramiro González
La encuesta del Gobierno vasco da un 5,3 al diputado general y un 4,5 al alcalde, que mejora en tres décimas la nota de junio
El lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado por del diputado general de Álava, Ramiro González y el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran. EFE/David Aguilar / David Aguilar (EFE)
Vitoria
El PNV ha convertido la designación de sus candidatos en Vitoria y Álava en un auténtico vía crucis para Gorka Urtaran y Ramiro González. Uno y otro, pero especialmente el primero, llevan semanas soportando presiones de todo tipo, a la espera de que su partido tome una decisión, que se hará oficial a finales de la semana que viene.
El Araba Buru Batzar podía pero no ha puesto coto a la especulación, alegando que el partido tiene sus tiempos y así se estan sucediendo los nombres de posibles sustitutas y las encuestas, que alimentan más si cabe la hipótesis de una posible salida.
El Sociómetro públicado este viernes por el Gobierno de Urkullu castiga a Urtaran. Le da un 4,5 que no es de las peores notas que la encuesta otorga a los líderes de este país, pero si es la más baja y el único suspenso entre los alcaldes de las tres capitales y los tres diputados generales.
La nota, en todo caso, mejora en tres décimas el 4,2 que el Sociómetro le asignó en junio. Es el que más ha progresado. A diferencia de Urtaran, los alcaldes de Bilbao y San Sebastián, Juan Marí Aburto y Eneko Goia respectivamente aprueban, ambos con un 5,2, pero la calificación es peor que la de la entrega anterior.
Urtaran es el más conocido entre alcaldes y diputados generales. Le conocen el 85% de los encuestado, frente al 40% que reconocen al diputado general de Álava, el menos conocido de todos de los seis.
La encuesta da a Ramiro Gonzalez un 5,3 que supone una décima más respecto a la nota de junio, practicamente a la par de los diputados generales de Bizkaia y Gipuzkoa, Unai Rementeria (5,4) y Markel Olano (5,2) respectivamente que no optarán a la reelección. Ahora, únicamente falta que se despegue la ecuación en Álava. Ya falta menos nos dicen.
