Hoy es mi día

Albacete

Días, muchos días.

Días y mas días.

Días, días y días que desaparecen,

como los trenes que pasan por una estación

abandonda.

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Días de ilusión

Días de Celebración

Días que no son días

Días de Omicron

Días de mucho trabajo,

que terminan en suspensión.

Días a tener en cuenta,

y otros días que es preferible, no.

Excepto aquellos que son tus día.

Días que te recuerdan

tu primer día en este mundo

y tu actual situación.

Día 18 de Enero.

Cumpleaños de un servidor.

Día de recibir felicitaciones.

Día de disfrutar, al ser el centro de la reunión.

Hoy es el día de mi nacimiento, de hace muchos años,

un mogollón.

Día de no pensar en nada

o día de pensarlo "to"

día de decir un par de cosas,

aunque mal día he escogido yo.

Día de honrar mi día.

Día de hacer un articulo de opinión.

Día de exponerme...

Que difícil es eso, ¡por Dios!

Día de reflexionarme

Día de exfoliarme

Día de criticarme

Día de balancearme

en esta firma de opinión.

Día de no hacer crítica "pandémica",

aunque entienda que no se han hecho las cosas bien.

¡No!

Día de no atacar a las instituciones,

aunque intuyas que las cosas se pueden hacer

mejor.

Día de no meterse en política,

perdida en batallas,

que suelen ser en una sola dirección.

Y en donde se muestran orgullosos,

ensalzando, lo diferente.

No de lo que nos une.

¡No!

Día de sentirme

Día de escucharme

Día de analizarme

Día de descubrirme

Día de opinarme

Día de cambiar...

¡O no!

Día de quererme

Día de mimarme

Día de tocarme...

Día de no opinar...

¡Este día no!

Días, muchos días.

Días y mas días.

Días, días y días que pasan,

como los trenes en una estación.

Días para todo y días para nada.

Días de pararse, de frenar, de pensar,

y de entender que cada día, es el día

de aquel o aquella que lo quiera disfrutar.

Aunque su disfrute a tí te venga mal.

Que mi opinión, no es tan importante,

ni se tiene que imponer,

que hay que escuchar la de ella

y también la de él, o la de cualquiera que quiera ser.

Que todas las opiniones, son relativas,

pero buenas, si a alguien les hace bien.

Aunque sean,

estresantes,

cabreantes,

interesantes,

emocionantes,

delirantes,

inquietantes,

subyugantes

y agobiantes,

a la vez.

Pues todas son necesarias, en nuestro día a día,

y en nuestro quehacer.

Así empiezo mi día,

con una conclusión que es mía,

sólo mía,

no la tienes que entender.

Y en este día que es mí día

y que no pienso perder.

Descubro atónito y veo

que perdemos, día a día,

nuestras perspectivas,

nuestro querer ser.

Y echamos en el olvido,

entendernos,

confrontarnos,

exponernos,

discutirnos

y respetarnos

para llegar a esos benditos

puntos de encuentro

que harán de nuestro día a día,

un día casi perfecto.